USE AND DISUSE OF CONCEPTS IN SOCIAL ANTHROPOLOGY. WHERE ARE THE FORGOTTEN CONCEPTS?A continuous process of invention, erosion, appropriation and mainly oblivion, takes place in the use of SocialAnthropology's basic concepts. This matter isn't occasional, but goes on with anthropological development, and ithas own evidence in theoretical production. New concepts are similar to well known concept (habitus); someconcepts are applied with an opposite sense (consciousness), and other are stigmatized, even professionallyavoided (social class). However, the most significant feat in the use of concepts it's their own oblivion. In this papervarious complementary interpretations about this fact are proposed: the most important one shows the tendencyin keeping the presence of the present, and how this occurs in the anthropological knowledge and in the socialproduction in daily life.
La trayectoria histórica de la antropología social permite
expresión en la generación de conceptos que pretenden
observar una constante invención, desgaste, extrapo-
ser holísticos y relacionales, es decir, que tratan de
lación, apropiación, desaparición o resurgimiento de
entender a la realidad social como totalidad interrela-
conceptos, donde lo fundamental parece radicar en el
cionada y, en determinadas escuelas, como interactiva.
olvido o directamente en la negación de este proceso,
Si bien partimos del hecho de que los antropólogos
por la mayoría de los que acuñan los conceptos, y
generan continuamente conceptos que frecuentemen-
te no se distinguen demasiado unos de otros, así como
Nuestro análisis se centrará en este proceso, que se
de que tendemos a olvidar o directamente ignorar la
correlaciona con otro de similar importancia: la ten-
existencia de conceptos estrechamente vinculados
dencia a la escisión entre la propuesta teórica de con-
con los que estamos usando, nuestro objetivo en este
ceptos y el uso que realmente se hace de los mismos.
trabajo no radica en buscar, recordar o reconstruir los
Así, por ejemplo, toda una serie de conceptos que en
antecedentes de los conceptos para establecer los orí-
su formulación teórica pretenden circunscribir de-
terminados campos de la realidad, en su aplicación no
Casi todo concepto tiene antecedentes, tiene una
cumplen con este objetivo o suelen cubrir sólo una
historia conceptual, pero lo que nos interesa en este
parte de la realidad, la cual no obstante es frecuente-
trabajo no es tanto reconstruir esa historia, sino
mente entendida como “la” realidad. Dentro de la pro-
sobre todo tratar de entender el proceso de olvido y de
ducción antropológica esta tendencia halla su mayor
negación. Esta preocupación aparece como el núcleo
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Centro.
En este artículo voy a analizar algunos problemas metodológicos sobre los cuales vengo trabajando desde hace varios añosy que tienen como marco de referencia nuestra investigación sobre el proceso de alcoholización en México y, en particular,sobre saber médico y alcoholismo (Menéndez, 1990a, Menéndez y Di Pardo, 1982, 1996)
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
de nuestro interés porque partimos de otro supuesto:
En consecuencia, un enfoque construccionista su-
que el olvido no sólo opera en el uso-desuso de conceptos,
pondría el desarrollo de varias historias, que en este
sino que es parte de un proceso más general que afecta
trabajo no vamos a desarrollar; en lugar de ello, a
la vida cotidiana. El olvido no sería sólo un problema
partir de asumir la posibilidad (necesidad) de estas
de arqueología del saber académico-teórico, sino un
construcciones nos detendremos a analizar diferentes
rasgo de la producción-reproducción del saber de los
situaciones de olvido y desgaste de conceptos sólo
dentro de la producción antropológica, para tratar dever especialmente las funciones del olvido en el campode la producción académica de conceptos.
Nuestro análisis parte de asumir que los conceptos
se constituyen para tratar de interpretar, explicar, dar
¿Por qué dejan de ser usados los conceptos? y, sobre
cuenta de un problema planteado. Frente a estos pro-
todo, ¿por qué se genera el olvido o la negación res-
blemas se irán formulando y reformulando conceptos
pecto de los mismos? ¿Por qué los antropólogos cons-
según la perspectiva teórica, práctica y situacional del
truyen y usan conceptos a los que les colocan nombres
investigador. Asumimos en consecuencia que los con-
distintos y sin embargo son similares a otros concep-
ceptos se crean en función de problemas, y que por lo
tos en uso, o que fueron utilizados hasta fechas relati-
tanto a través de los mismos se articulan, frecuente-
vamente recientes? Un análisis histórico de nuestra
mente sin saberlo, concepciones derivadas de diferen-
disciplina permite observar que, simultáneamente o no,
tes teorías. Ulteriormente, dicho concepto puede ser
varias escuelas producen conceptos cuya diferencia-
referido a teorías específicas o también puede partir de
ción de otros es muy difícil de establecer. Esto puede
una teoría, pero si lo determinante es el problema lo
ser fácilmente constatado a través de la serie de concep-
que ocurrirá será una articulación de teorías expresa-
tos que trataron de definir la “cultura” como totalidad. 2
da a través del concepto. Esto es lo que explica en gran
Respecto de este proceso, una respuesta de tipo
medida que un mismo concepto tenga diferentes signi-
metodológico podría concluir que la invención de
ficaciones y resignificaciones teóricas (Menéndez, 1998).
nuevos conceptos es debida a que los conceptos exis-
Un segundo punto de partida es que para nosotros
tentes han perdido la capacidad estratégica de generar
un concepto es un “instrumento” para ser usado, y que
datos e interpretaciones respecto del problema para el
a través de su uso se generan gran parte de sus trans-
cual fueron construidos, y que, en consecuencia, se
formaciones. Los conceptos no debieran ser conside-
requieren otros conceptos que los reemplacen o que
rados como cristalizaciones originales, cuya “pureza”
convivan con ellos. Sin negar esta y otras posibilida-
hay que conservar, ya que por lo menos una parte de
des centradas en lo metodológico, considero que por lo
los mismos serán inevitablemente modificados por
menos parte de la interpretación básica de este proce-
otros teóricos, por los profesionales prácticos, por los
so nos remite a otras instancias que trataremos de
políticos o por los conjuntos sociales, según sus situa-
ciones e intereses. Los conceptos se erosionan; existe
Nuestro objetivo implicaría analizar la trayectoria
una casi inevitable degradación respecto de las pro-
de los conceptos, pero no sólo en términos de lo que
puestas teóricas iniciales, pero esto debe asumirse
ahora se denomina deconstrucción, sino sobre todo en
justamente como parte de la historia y del uso de los
términos de construcción, pero una construcción que
observe la trayectoria y el uso de los conceptos no sólo
Este reconocimiento no invalida ni niega la obli-
dentro del ámbito académico sino también dentro de
gación metodológica de establecer una definición y un
los ámbitos del saber técnico-profesional, de los mo-
manejo claro, preciso y específico de los conceptos, por
vimientos y grupos políticos y del saber de los conjun-
lo menos por los que los usan teóricamente. Todo con-
tos sociales. A partir de nuestra investigación sobre el
cepto debe ser usado tratando de articular teorización
proceso de alcoholización, pero también de nuestros
y problema, de tal manera que el uso del concepto sea
trabajos sobre autoatención y participación social
realmente intencional en su articulación o en su distan-
hemos podido observar la presencia activa de términos
ciamiento respecto del problema planteado. Es justamen-
y conceptos comunes a los cuatro ámbitos señalados,
te la frecuente carencia de esta intencionalidad lo que
así como un proceso de transacciones conceptuales
posibilita el uso de conceptos desarticulados del proble-
ma, sobre todo en términos de producción de información.
Al señalar esto, no niego la existencia de conceptos que presentan diferencias significativas entre sí en términos meto-dológicos y relativos al campo problemático que buscan describir e interpretar.
Si bien nuestro análisis se centrará en el uso de
lógico y frecuentemente epistemológico; es decir, ela-
conceptos por la antropología social y la etnología, ello
borado en un alto nivel de abstracción. Estos trabajos
no supone concluir que los procesos metodológicos
pueden remitir a investigaciones empíricas, pero fre-
señalados se den exclusivamente en nuestras disci-
cuentemente los que los producen no hacen inves-
plinas. No sólo en las otras ciencias sociales e históricas,
tigaciones sobre la “realidad” o, si se prefiere, sobre
sino también en la medicina social, en la salud pública
“problemas” de la realidad, sino que lo que hacen es
o en la psicología comunitaria observamos procesos
reflexionar sobre cómo es descrita y sobre todo cómo
similares. Más aún, el desarrollo de algunas de estas
es analizada la realidad. Al escribir esto estoy pensan-
disciplinas ha dado lugar al uso intensivo de concep-
do en destacados e influyentes autores como Giddens o
tos construidos por las ciencias antropológicas y so-
Habermas que, hasta lo que sé, casi nunca han realiza-
ciales, como observamos en los casos de la psicología
do investigación sobre problemas “empíricos” y mucho
y la psiquiatría comunitarias, ya que varios de sus
menos producido la información a analizar, y que son
conceptos básicos —incluido el de comunidad— fueron
exponentes de lo que denomino teoría de la teoría.
acuñados y desarrollados inicialmente por nuestras
La segunda fuente la constituyen las investigaciones
disciplinas. El uso y reorientación de conceptos so-
antropológicas, los estudios etnográficos, donde vemos
cioantropológicos por otras disciplinas permite obser-
cómo se utilizan los conceptos en la práctica de la in-
var algunas de las características más interesantes de
vestigación. A través de estos materiales observamos
los procesos metodológicos que estamos analizando.
la capacidad de un concepto no sólo para interpre-
Para dar un solo ejemplo de este frecuente proceso,
tar la realidad sino para organizar y orientar la produc-
recordemos que el concepto redes sociales, que hace
ción de información. Es aquí donde podemos observar
unos treinta años tuvo un intenso uso en psicología y
la relación información-concepto, pero también es en
psiquiatría, y que últimamente tuvo un nuevo rejuve-
estos materiales donde podemos ver los procesos de
necimiento en América Latina, fue acuñado y desarro-
transformación, resignificación y desgaste de los con-
llado en la década de 1950 por antropólogos sociales
ceptos. Es aquí donde podemos observar cómo en la
para estudiar pequeñas comunidades. A principios de
propia producción y elaboración del dato el concepto
los cincuenta, la antropóloga británica Bott (1990)
evidencia sus posibilidades o necesita ser reorienta-
aplicó por primera vez este concepto al estudio de
do y reconvertido en otro concepto en función de los
redes sociales dentro de la ciudad de Londres. Bott ar-
problemas y orientaciones manejados por el investigador.
ticuló concepciones teóricas provenientes del estructu-
Esta dureza, este tipo de inclusión del investiga-
ralismo y del psicoanálisis, aplicadas a problemáticas
dor, no opera en los que sólo hacen teoría de la teoría,
de pequeños o medianos grupos; su propuesta debe
por lo que, sin desconocer la importancia de algunos
ser relacionada con el interés del servicio de salud bri-
de sus aportes, consideramos que los mismos son se-
tánico por el desarrollo de una psiquiatría comunitaria.
cundarios para entender los procesos metodológicos
En América Latina el concepto de redes tuvo un
cierto desarrollo y uso en las décadas de los sesenta y
Quiero subrayar que mi propuesta no supone nin-
los setenta, pero luego se eclipsó, para volver a reapa-
guna recuperación de las concepciones “empiristas”,
recer a mediados de los ochenta pero desconectado
ya que las cuestiono en todas sus formas. Lo que pro-
de su proceso constitutivo. Este concepto, como los de
pongo es una secundarización del teoricismo, dado
ciclo de vida del grupo doméstico y de estilo de vida
que éste no asume la realidad como problematizada a
fueron inventados y desarrollados por científicos so-
partir de un esfuerzo de producir no sólo análisis sino
ciales, pero utilizados sobre todo por la psicología y la
información personalizada (Menéndez, 1991). En con-
medicina clínica y comunitaria. Todos estos concep-
secuencia, asumo que la producción más significativa
tos sufrieron un proceso de transformación y desgaste
de la antropología deviene justamente de sus investi-
tanto teórico como práctico en función de dos hechos:
gaciones de problemas y no de las elaboraciones con-
su aplicación a problemas definidos por los intereses
teóricos y profesionales de las disciplinas que se apro-
Una tercera fuente que, por lo menos para mí, tiene
piaron de ellos y el correlativo olvido de los objetivos
significación, es mi propia trayectoria en este proceso de
iniciales de estos conceptos y del proceso constitutivo
uso y desuso de conceptos, dado que varias de las si-
tuaciones que voy a presentar y en algunos casos ana-
Considero importante consignar que mi análisis de
lizar, emergieron en mi propio trabajo. Si bien éste es un
los conceptos socioantropológicos surge de tres tipos
elemento secundario en términos epistemológicos, fue
de materiales. Surge de un tipo de trabajo pensado y
y sigue siendo decisivo para mí, no sólo para tomar con-
producido en un plano casi exclusivamente metodo-
ciencia de este proceso sino para intentar interpretarlo. Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?ciones cognoscitivas a través de actividades general-
mente ritualizadas que se articulan en un mazeway(subjetivo). Estos conceptos que presentamos se re-
El olvido y el distanciamiento entre conceptuación y
fieren a terminologías propuestas por Durkheim, Fro-
realidad son en consecuencia las dos características
benius, Graebner, Redfield, Benedict, Opler, Bateson,
que voy a tratar de analizar. El reconocimiento de estas
Hallowell, Linton, Goudenough y Wallace, quienes
características se dio en mi caso en los primeros años
acuñaron estos conceptos no sólo para describir sino
de la década de los setenta, al desarrollar una serie de
para interpretar la cultura, pero todos ellos remiten
seminarios y cursos sobre la trayectoria de la antro-
casi exclusivamente a un orden simbólico que se-
pología social y la etnología entre 1920 y 1960, y al rea-
cundariza o directamente excluye las dimensiones
lizar mis tres primeros trabajos más o menos serios de
Pero estos sesgos no sólo los observé para este
Así, respecto de uno de los conceptos básicos que
concepto, sino también para otros que se referían al
manejamos los antropólogos —el de cultura— pude
cambio social, a la estructura social o a la comuni-
observar lo obvio, es decir no sólo la cantidad de defi-
dad dentro de la producción antropológica, o a la clase
niciones de cultura que no se diferenciaban demasiado
social o a la práctica en la tradición marxista dentro y
una de otra, sino la notable cantidad de conceptos ho-
lísticos que pretendían comprender o analizar la reali-
Y justamente mi descubrimiento real, el asumir en
dad como totalidad articulada. Pero la mayoría de estas
toda su significación estos “hallazgos”, es decir el in-
definiciones, sobre todo en su aplicación, no eran ho-
cluirlos en mi marco referencial se dio primero entre
lísticas. Los trabajos etnográficos, como es obvio, se
1972 y 1973 respecto del concepto de clase social, en
centraban en determinados aspectos de la realidad,
especial las variedades manejadas por los diferentes
donde la totalidad era un referente imaginario y/o su-
estructuralismos marxistas, y a fines de 1970 con el
perficial. La búsqueda de globalización conducía a
concepto de habitus propuesto por Bourdieu.
presentar una parte de información comunitaria o ét-
En el caso del concepto de clase social, que como re-
nica que, salvo determinados aspectos —los que real-
cordamos incluía como central la dimensión de las
mente le interesaban al investigador—, era inevita-
relaciones de clase, en parte entendidas como lucha
blemente superficial y de muy escasa utilidad. Además,
de clases, descubrí que la mayoría de la investigación
como lo he señalado ya en varios trabajos, determina-
académica realmente no contenía la descripción de las
dos campos de la realidad no eran casi nunca descritos
relaciones de clase, que lo dominante eran las des-
y analizados, como los relativos a la mortalidad, el
cripciones posicionales pero no relacionales. O mejor
sufrimiento o la eficacia real de las terapéuticas (Me-
dicho, que lo relacional era remitido a relaciones que no
posibilitaban observar ni interpretar las clases en tér-
Pero además, y eso es lo decisivo, la mayoría de las
minos de sus dinámicas sociales y aún menos culturales.
definiciones de cultura se produjeron a partir de en-
Lo que preocupaba era saber cuáles y cuantas eran
tender la realidad como sistema de representaciones.
las clases sociales, las características de las mismas,
Así, los antropólogos descubrieron que todo grupo
a través de una serie de indicadores básicamente eco-
construye concepciones del mundo (world view o wel-
nómico-políticos con un escaso o ningún uso de indi-
tansshaung), que cada grupo desarrolla determinados
cadores ideológicos y culturales, así como la posición
focos o temas culturales, que hay una relación casi de
de las clases en un esquema generalmente topológico.
identidad entre ethos y eidos, que los hábitos culturales
Pero en las descripciones y en los análisis no apa-
se ritualizan y expresan sistemas de creencias. Cada
recían las relaciones de clase. Éstas se daban por
grupo étnico, cada ciclo de cultura o cada configuración
supuestas, pero no eran descritas ni analizadas. Es
cultural desarrollarían un paideuma diferenciado y
decir, cuando aparecían, lo hacían en términos de
pensado como experiencia más o menos única. Los
marco teórico o de reflexión, pero no de producción
conjuntos sociales se caracterizan por la producción
de información. Inclusive cuando en las décadas de
de esquemas culturales, patrones culturales o represen-
los cincuenta y los sesenta algunos autores latinoa-
taciones colectivas que operan como mapas u orienta-
mericanos incorporan los conceptos de hegemonía-
Todas estas investigaciones se realizaron en Argentina; la primera fue sobre migración italiana y española a una comunidadde la provincia de Entre Ríos, la segunda fue sobre el nivel de vida de la población rural de la provincia de Misiones y latercera sobre salud ocupacional en tres sectores productivos (mineros, ceramistas y operadores de camiones). De todasestas investigaciones sólo fue publicada la segunda, ver Menéndez e Izurieta (dirs.), 1971.
subalternidad a partir de Gramsci, lo que domina
relacionales— durante las décadas de los cincuenta,
es la exposición y la reflexión sobre estos conceptos,
los sesenta y principios de los setenta. Y esto contras-
pero no su aplicación a la descripción y el análisis
taba con la existencia de una producción sociológica
de las relaciones de clase en términos de hegemonía-
y en menor medida antropológica “funcionalista” de
subalternidad (ver Menéndez, 1980).
descripción del trabajo obrero en fábrica, que produ-
No negamos la existencia de algunos escasos tra-
ce entre los cuarenta y los sesenta algunos de los más
bajos que utilizaron analíticamente una concepción
importantes descubrimientos sobre la lógica (racio-
relacional, pero lo dominante fue una aplicación po-
nalidad) del trabajo obrero, sobre las características
sicional. Lo relacional solía ser una invocación, general-
de su imaginario durante el proceso productivo o
mente ideológica. Esta producción contrastaba con
sobre el desarrollo de estrategias de recuperación del
un marco teórico que proponía la existencia de varios
trabajo como “su” trabajo, dentro del proceso fabril.4
tipos de relaciones en términos de clases sociales. Se
El marxismo académico —salvo raras excepciones— 5
proponían relaciones de producción, de explotación,
no produjo nada similar, pese a que este tipo de etno-
de dominación, de manipulación y hasta relaciones de
grafía podía no sólo favorecer sus interpretaciones
sino reorientar su mirada en términos académicos y
Una parte de estas relaciones eran analizadas, pero
políticos. Es importante recuperar que mientras algu-
con un alto nivel de abstracción y sin describir las re-
nas corrientes teóricas, en especial de origen nortea-
laciones que operaban en la cotidianeidad de los ac-
mericano,6 no sólo describían las prácticas de los
tores sociales a través de los cuales se ejercían dichas
trabajadores sino que aplicaban criterios de descrip-
relaciones. La mayoría de los trabajos asumía estas
ción y análisis relacional, las corrientes dominantes
relaciones como dadas y colocando el eje descriptivo
marxistas y no marxistas que proponían un núcleo
en las posiciones y no en las relaciones. Más aún
teórico fuerte de totalidad relacional no aplicaban esto
dominaba una manera unilateral de reflexionar, donde
a su etnografía ni a su análisis en términos de los ac-
el eje estaba colocado en los que explotan, en los que
tores funcionando en las instancias concretas de su
dominan o en los dominados-explotados, pero sin des-
vida cotidiana. Esto es sobre todo observable en los es-
cribir las relaciones que operan entre los mismos en
los ámbitos de la cotidianeidad de la dominación-
Respecto de lo propuesto, puede objetarse que lo
explotación, entendiendo por esto último los ámbitos
que estoy señalando no sería demasiado significativo,
en los que se expresan directamente dichas relacio-
dada la crisis académica y política actual del concep-
nes y que pueden ser la fábrica, los espacios de adqui-
to de clase social y dada la crisis explicativa y el des-
sición y consumo de “bienes culturales”, aquellos en
crédito teórico de las diferentes variedades de estructu-
los que se dan las diferentes formas de violencia a nivel
ralismo, incluidos los estructuralismos marxistas.
de relaciones familiares o de la relación médico-paciente,
En relación con esta posible objeción hago por
o los ámbitos donde se toman las decisiones políticas
ahora tres señalamientos. La tendencia a lo posicional
que afectan, por ejemplo, las condiciones de nutrición
con escaso o ningún peso de lo relacional no se dio
y de desnutrición de la población.
solamente con el concepto de clase social, ni es un pro-
Esta carencia de descripciones y análisis de las re-
blema del pasado. Esto ocurre en la actualidad con
laciones de clase dentro del marxismo por lo menos
algunos de los conceptos de mayor uso, o por lo menos
académico, es correlativa de la carencia de investi-
de mayor visibilidad, como pueden ser el de actor social
gaciones sobre las prácticas de los trabajadores, y en
especial sobre la descripción de los procesos laborales.
Esta tendencia no opera sólo en los estructuralistas
La antropología y la sociología marxistas no describían
marxistas sino también en los “estructuralistas” tipo
los procesos laborales —y mucho menos en términos
Foucault, en las corrientes fenomenológicas dominantes
Considero que los trabajos de Roy son ejemplares al respecto. La mayoría de los más valiosos aportes sobre prácticaslaborales se hicieron por investigadores que —como Roy— trabajaban como obreros, es decir a través de la observaciónparticipante (Menéndez, 1990b).
En la década de los setenta y parte de los ochenta, un grupo de antropólogos mexicanos liderados por Novelo y Sariegoprodujeron excelentes investigaciones sobre las características del trabajo obrero.
Castoriadis reconoce esta situación paradójica en artículos publicados durante los cincuenta en la revista Socialisme ouBarbarie
Mi descubrimiento de las omisiones y negaciones dentro del campo marxista debe ser correlacionado con el hecho de que,hasta entonces, lo que yo veía eran las omisiones y negaciones en el campo del culturalismo, la fenomenología o el estruc-turalismo. Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
por lo menos en antropología médica e incluso en toda
milares entre 1920 y 1950; la posibilidad de diferenciar
una serie de propuestas que afirman su antiestruc-
el concepto propuesto por Bourdieu de los usados por
turalismo, que usan conceptos como agente o sujeto
Sapir, Linton o Kluckhohn es muy difícil, por lo menos
pero que no describen la realidad en términos relacio-
para mí. El desarrollo de este tipo de conceptos era
nales, como ocurrió y sigue ocurriendo por ejemplo con
necesario para autores que, como luego Bourdieu, se
los que usan el concepto de estrategias de supervivencia.
preocupaban por la articulación entre actor y estruc-
Por último, dada la propuesta que vengo desarro-
tura (o cultura) y entre representaciones y prácticas;
llando, se deduce que el concepto de clase social, como
y esto era aún más significativo para las escuelas que
tantos otros, si bien actualmente está no sólo en desu-
se preocupaban por articular cultura y comportamiento,
so sino estigmatizado, es casi seguro que dentro de
como fue el caso de varias tendencias norteamericanas.
un tiempo será recuperado, y lo mismo sugiero respecto
Esto puede observarse por ejemplo en el caso de
de los estructuralismos. Esta interpretación no obedece
Linton, quien define y utiliza etnográfica y teóricamente
a ningún fatalismo cíclico, sino a la necesidad de uti-
los conceptos de pauta ideal, pauta real y pauta cons-
lizar conceptos y orientaciones teóricas que posibiliten
truida, donde el elemento que lo diferencia del concepto
la descripción e interpretación de determinados as-
de habitus radica no en lo sustantivo de éste (articu-
pectos y problemas de la realidad. Curiosamente, este
lación representación y práctica//articulación cultura
proceso se viene dando desde hace más de una década
y comportamiento) sino en el manejo que Bourdieu
dentro de la antropología social norteamericana, donde
hace de la dimensión clase social, que Linton no in-
las corrientes marxistas tienen una fuerte presencia,
corpora. No obstante, para ambos autores las ar-
especialmente en antropología médica.
ticulaciones se dan dentro de un sistema, y considero
Este primer “descubrimiento” se reforzó con una
que el sistema propuesto por Linton es más dinámico que
segunda sorpresa ocurrida en los últimos años de la
el de Bourdieu, en virtud del peso que Linton otorga
década de los setenta, cuando comienza a cobrar vi-
a las pautas construidas y al rol del sujeto. A mi juicio,
sibilidad en algunos países de América Latina el con-
lo que propone Bourdieu es una suerte de articula-
cepto de habitus utilizado por Bourdieu (Bourdieu,
ción teórica entre culturalismo antropológico norteame-
1979, 1980; Saint Martin, 1983). Mi sorpresa provino
ricano y estructuralismo neodurkheimiano, donde lo
de dos hechos: la notable difusión y uso de este con-
más original está en los intentos de recuperación de
cepto entre nosotros y la ignorancia (de una gran ma-
determinados objetivos del culturalismo, como la re-
yoría de quienes lo utilizaron) de la existencia previa
del mismo concepto o de conceptos similares dentro de
¿Por qué un concepto que reitera viejos conceptos,
las ciencias antropológicas y sociales.
algunos de los cuales fueron usados intensamente
El concepto de habitus, tal como lo propone Bour-
por diferentes tendencias teóricas, tiene tanto éxito
dieu, fue utilizado no sólo con el mismo nombre sino
entre nosotros, e inclusive para determinados secto-
en forma similar por investigadores alemanes que po-
res de antropólogos aparece como un concepto nuevo?
demos ubicar dentro del comprensivismo y la fenome-
¿Por qué si en la trayectoria de las ciencias sociales y
nología, como son Max Weber, Alexander Mitscherlich
antropológicas existían conceptos similares o hasta
o Norbert Elias; los tres emplean el concepto “habitus”
idénticos, se generó el olvido, la negación e inclusive
(Weber, 1964 [1922]), y lo aplican a problemas defini-
la renegación de dichos conceptos?10 y, además, ¿para
dos desde diferentes disciplinas como la sociología, la
quiénes resultó nuevo y eficaz el concepto de habitus?
psicología-psiquiatría y la historia respectivamente.
o, más específicamente, ¿quiénes y para qué lo utilizaron?
Es en Elias donde observamos el uso más similar a la
Si bien con otra significación, me interesa señalar
forma que ulteriormente usará Bourdieu (Elías, 1982a,
que me formulé interrogantes similares respecto del
éxito de la obra de C. Geertz en América Latina a partir
Pero, además, la sociología y la antropología nor-
de mediados de los ochenta, en especial la que expone
teamericanas produjeron una serie de conceptos si-
sus planteamientos metodológicos interpretativos y
Debe recordarse que tanto en Elias como en Mitscherlich (1971, 1973) este concepto está cargado de influencias psicoanalíti-cas. Por otra parte, debe señalarse que en trabajos relativamente recientes Bourdieu reconoce la importancia del trabajo deElias (Bourdieu y Wacquant, 1992). Para una excelente revisión de conjunto del trabajo de Bourdieu ver García Canclini, 1990.
Dentro del grupo liderado por Bourdieu esto se hace más evidente en Boltansky (1975, 1977), que es el especialista en elestudio de procesos de salud-enfermedad-atención. Subrayo que mi análisis no desconoce la importancia de las apor-taciones de Bourdieu.
En el caso de los conceptos desarrollados por Linton el olvido es muy interesante, ya que sus principales obras fuerontraducidas, publicadas y reeditadas en México desde muy tempranas fechas. Ver Linton 1942, 1945.
su análisis de la religión o de la ideología como siste-
las corrientes que los cuestionaban, por lo cual obser-
mas culturales, y su propuesta de etnografía densa.
vamos en una parte de estos nuevos antropólogos una
Recordemos que el trabajo de mayor influencia
suerte de recuperación acrítica, muy similar a la que
inicial de Geertz (1987 [1973]) fue prologado y difundi-
operó dentro de los defensores de los estructuralismos
do por Eliseo Verón a principios de los setenta, y los
que lo leyeron, discutieron y usaron en aquel entonces
Por lo tanto, la recuperación de propuestas como
no lo vieron como una propuesta demasiado diferen-
las de Bourdieu o Geertz remiten a apropiaciones no
te a otras que durante dicho periodo circulaban en
sólo reactivas sino montadas sobre un proceso de con-
América Latina. El texto fue articulado con facilidad a
tinuidad-discontinuidad en el uso de conceptos. Pero,
la discusión sobre cultura e ideología que se estaba
además, puede haber otra explicación complementaria;
dando desde los diferentes tipos de estructuralismo, el
las propuestas de estos autores se refieren a “nuevos”
marxismo gramsciano o las propuestas fenomenoló-
problemas o a problemas que hasta entonces eran se-
gicas a la Shutz expresadas sobre todo a través del
cundarios o que directamente no eran asumidos por
la antropología, y para los cuales estas aproximacio-
Para la mayoría de los antropólogos que lo utilizaron
nes constituirían apoyos instrumentales y teóricos.
en aquel momento, aparecía como un texto fácilmente
En consecuencia, la recuperación de estos conceptos,
identificable con la corriente de trabajos desarrolla-
como si fueran “nuevos”, sería producto de una mo-
dos a partir de Benedict, Kluckhohn o Bateson.
dificación en la problemática o en la tradición disci-plinaria.
Pero estas explicaciones, si bien pueden ser válidas,
Éxito y memoria: algunas interpretaciones
lo son sólo parcialmente. Considero que, además deellas, la producción de conceptos, la reinvención de los
Estos procesos pueden ser explicados como reacciones
mismos o los éxitos momentáneos obedecen a proce-
respecto de un estructuralismo, en especial el mar-
sos más generales, que por supuesto deben ser obser-
xista, que centraba su interpretación en la dimensión
vados a partir de condiciones específicas.
económico-política y secundarizaba o directamente
Es en función de este presupuesto que hemos re-
no tomaba en cuenta la dimensión ideológico-cultural
visado el concepto de habitus. Pero no solamente por-
que reitera conceptos similares más o menos negados
El marxismo estructuralista y otras corrientes an-
u olvidados, o por el notable éxito obtenido, sino porque
tropológicas, basándose en elementos correctos, habían
considero que este concepto —que propone una ar-
cuestionado la producción antropológica norteameri-
ticulación entre representaciones y prácticas expresa-
cana por estar centrada exclusivamente en lo simbólico
da a través de los comportamientos de los sujetos so-
y por la fuerte tendencia a la psicologización de los
ciales— evidencia otra de las tendencias fuertes en
procesos, pero junto con esta crítica generó una se-
nuestra disciplina. En la mayoría de los que usan este
cundarización y negación de la dimensión cultural,
concepto, por lo menos en América Latina, se observa
casi redujo la cultura a ideología y contribuyó, con los
una clara orientación hacia la descripción de repre-
otros estructuralismos, a la desaparición del sujeto.
sentaciones y a la carencia de descripciones de las
Recordemos que algunas de esas críticas fueron tam-
prácticas, aun cuando se hable mucho de prácticas.
bién desarrolladas desde la antropología latinoame-
El concepto de habitus suele ser usado como antes
se empleaba el de creencias o costumbres, es decir en
Una gran parte de estas críticas fueron formuladas
términos de una representación cultural caracteriza-
por antropólogos que conocían a los autores que cri-
da por su consistencia y reiteración, y por supuesto su
ticaban, como entre nosotros puede ser el caso de Red-
modificación. Recordemos que lo mismo pasó con los
field, de tanta influencia en la antropología mesoame-
citados conceptos de Linton; entre nosotros lo que
ricana. Pero las nuevas generaciones formadas sobre
dominó fue la descripción y el análisis en término de
todo a partir de los setenta, prácticamente desconocían
patrones culturales “ideales”, pero no en términos
a este tipo de autores; lo que aprehendieron fueron las
de las prácticas, es decir de los patrones culturales
críticas frecuentemente maniqueas de los mismos, y
las asumieron. Desarrollaron una lectura ideológica
Y esto me conduce a formular una conclusión y una
tratando de encontrar casi exclusivamente rasgos
propuesta. En el uso de conceptos, reiteradamente los
funcionalistas adaptativos en sus propuestas. A su
antropólogos —y también los otros científicos socia-
vez, las generaciones más recientes desconocerán a
les— solemos describir y analizar las representaciones
dichos autores, pero se formarán dentro de la crisis de
y secundarizar las prácticas aun cuando el concepto
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
—como es el caso de habitus o el de pauta construida-
médica crítica, tratando de superar no sólo en la etno-
real— formule explícitamente su articulación como
grafía sino en las propuestas reflexivas las escisiones
macro-micro o económico-político-orden simbólico (ver
Este manejo del concepto no suele observarse tanto
en particular los trabajos de Farmer, 1988 y 1992).
en la reflexión, exposición o propuesta metodológica,
Pero esta posibilidad no reduce la significación de lo
sino en la descripción y análisis etnográficos. De allí
que planteamos como una tendencia constante del de-
que en nuestro trabajo subrayemos la necesidad de
sarrollo de la producción antropológica y según la cual
observar los conceptos no tanto en su formulación ex-
las disputas teóricas se llevan a cabo básicamente a
clusivamente teórica sino sobre todo en su aplicación
través de los escritos teóricos y no del análisis de los
académica, práctico-técnica o práctico- política.
Más aún, hemos observado por ejemplo que la pro-
Este es para mí un punto decisivo, que tiene una
puesta de articulación de las representaciones y de las
alta significación para entender el problema meto-
prácticas queda casi siempre más clara en las pro-
dológico que estamos analizando. El hecho de que la
puestas desarrolladas teóricamente. Los que parecen
articulación teoría-práctica —incluida la crítica—
exponerlo con mayor claridad y precisión son sobre
aparezca con mayor claridad formulada en los que
todo los teóricos de la teoría; es decir, los que general-
hacen teoría de la teoría que en las investigaciones
mente reflexionan pero no hacen investigaciones ni
etnográficas, desde nuestra perspectiva no nos dice
intervenciones. Como ya lo indicamos, sin negar la
tanto sobre los posibles defectos de estas últimas, sino
significación de los aportes de autores como Habermas
sobre las limitaciones epistemológicas de un análisis
o Giddens, es importante señalar que la brillante ar-
teórico pensado y realizado casi exclusivamente desde
ticulación que estos y otros autores similares producen
la teoría o, como decían los althuserianos, desde la
no suele encontrarse en las investigaciones “empíricas”.
práctica teórica. El uso etnográfico de un concepto y
Por lo tanto ¿cuál es el significado metodológico de estas
su elaboración analítica es lo que evidencia no sólo sus
obras, cuando en las mismas no encontramos el proce-
posibles incongruencias, sino sobre todo su capacidad
so de producción de conocimiento socioantropológico?
estratégica para describir e interpretar la problemá-
Una variante interesante de este proceso la podemos
tica estudiada. Que el uso de diferentes formas argu-
encontrar en los enfrentamientos críticos genera-
mentativas pueda favorecer más la aceptación del uso
dos entre escuelas, en los cuales priva un tipo de aná-
de un concepto o su validez interpretativa no cuestiona
lisis orientado no sólo hacia lo teórico-ideológico sino
centrado en la obra teórica y no en la producción etno-
Los procesos e interrogantes planteados no se re-
gráfica. Un ejemplo reciente se expresa a través de la
fieren a una sola tendencia teórico-metodológica ni a
disputa entre la denominada antropología médica in-
un periodo determinado, sino que incluyen al conjun-
terpretativa (AMI) y la denominada antropología médica
to de las escuelas antropológicas, que más allá de sus
crítica (AMC), la cual está montada sobre la discusión
diferencias coinciden en algunas perspectivas simila-
ideológica de los artículos teóricos y no sobre la pro-
res, que yo focalizo en el olvido y la negación.
ducción etnográfica de los autores. Esto se observa con
Considero que algunos hechos desarrollados en los
mayor claridad en los dos exponentes polares de esta
últimos años posibilitan entender con mayor claridad
discusión que son, por parte de la AMC, M. Singer (1989,
lo que trato de exponer sobre el uso y desuso de con-
1990) y, por parte de la AMI, A. Gaines (1991, 1992).
ceptos en términos de desmemoria disciplinaria. Un
Ambos discuten sobre las propuestas reflexivas y no
hecho interesante al respecto es el de corrientes antro-
sobre los trabajos de investigación. Si Gaines, por
pológicas que recuperan el uso de determinados con-
ejemplo, centrara su análisis en los trabajos etnográ-
ceptos y concepciones no desde su propia disciplina
ficos de la tendencia que cuestiona, tendría que retirar
sino desde otras propuestas disciplinarias. Y esto en si
la casi totalidad de las críticas que formula, dado que las
no es criticable; por el contrario, constituye un hecho
mismas no resisten la prueba de la confrontación et-
frecuente y necesario. La cuestión radica en la signifi-
nográfica. La mayoría de los antropólogos que Gaines
cación de sus implicaciones metodológicas respecto
critica teóricamenterealizan en su producción etnográfi-
de los problemas que estamos analizando. ca la mayor parte de lo que él propone (ver los trabajos
Desde la década de los setenta se desarrolló especial-
de Baer, 1981, 1984; Morsy, 1978; Sheper-Hughes,
mente en los países centrales una crítica creciente a la
1992; Singer y Borrero, 1984; Singer et al., 1992). Más
idea de progreso, se generó un incremento constante
aún, autores que se autoidentifican con la tendencia
de propuestas relativistas respecto del conocimiento y
interpretativa, de la cual es parte Gaines, cada vez se
la “verdad” y se formuló toda una serie de conceptos
articulan más con las propuestas de la antropología
referidos al sujeto, incluido el de sujeto descentrado.
A una parte de estas propuestas se les calificó como
generó una resignificación de los conceptos apropiados,
“posmodernistas”. Sin embargo, estas propuestas
en función de su propia tradición metodológica. Algo
no sólo no eran recientes, sino que varias de ellas se
similar ocurrió y está ocurriendo con la apropiación
caracterizaban por reaparecer recurrentemente dentro
culturalista de Gramsci en los Estados Unidos y en
del pensamiento contemporáneo desde fines del siglo
XIX, como ocurre con la crítica a la idea de progreso.
Lo concluido no niega, por supuesto, que la discu-
Pero además dicha crítica era parte del equipamiento
sión sobre la subjetividad, la recuperación del relati-
básico de los antropólogos. La crítica y la defensa del
vismo o la crítica a la idea de progreso correspondan
evolucionismo sociocultural constituyen parte central
a problemáticas actuales. No, lo que nosotros propo-
de las discusiones ideológico-teóricas dentro de la an-
nemos es referir el uso de dichos conceptos al proceso
tropología, y en función de ello se dio todo un juego de
de continuidad-discontinuidad que simultáneamente
posiciones, algunas de las cuales constituyeron tem-
expresa su relación con las problemáticas actuales,
pranas y radicales críticas a la idea de progreso.
así como con los procesos de olvido o negación.
Por otra parte, el relativismo cultural fue la inter-
De lo analizado hasta ahora se deduce que existe
pretación dominante no sólo dentro del culturalismo
una continua producción de conceptos similares y fre-
antropológico, sino dentro de la mayoría de las escue-
cuentemente intercambiables, que la mayoría de los
las europeas, estadounidenses y del mundo periférico.
nuevos conceptos suelen ser propuestos y desarrolla-
Su desarrollo como propuesta teórico-metodológica
dos desconociendo los anteriores e inclusive los coe-
dentro de nuestra disciplina debe ser relacionada con
táneos, pese a observarse similares características y
la fuerte tendencia al perspectivismo metodológico
que, en consecuencia, los nuevos conceptos suelen ser
impulsada desde principios del siglo XX dentro del
usados en forma ahistórica. Inclusive muchos de los
autores que manejan las categorías de deconstrucción
Por último, la concepción del sujeto como descen-
o construcción social aplican esta orientación respec-
trado —por supuesto que con otra terminología— es
to de los conceptos de otras corrientes, pero no suelen
parte de las tendencias teóricas desarrolladas dentro
referirla a los conceptos centrales de su propia meto-
de las ciencias antropológicas y sociales, en particu-
dología. Así por ejemplo, los teóricos franceses del su-
lar desde la década de los cuarenta. La propuesta de
jeto descentrado parecen ignorar los antecedentes
un actor caracterizado por una subjetividad no sólo des-
funcionalistas e interaccionistas simbólicos de la des-
centrada sino disociada, intercambiable, provisional,
negociable, etcétera, es característica de una serie de
En esta exposición he propuesto algunas interpre-
autores entre los que sobresale Goffman.
taciones que se refieren a la vigencia de un proceso de
Sin embargo, una parte de las “nuevas” propuestas
deshistorización de la teoría, al redescubrimiento con-
sobre el sujeto fueron recuperadas por antropólogos
tinuo de lo ya sabido por “otros”, a una necesidad
y otros científicos sociales, y no sólo de América Lati-
constante de diferenciación inclusive dentro de la si-
na sino en especial de los Estados Unidos, a través de la
militud. Pero subrayamos que estas interpretaciones
obra de autores como Foucault, Deleuze o Derrida, los
no son las únicas ni tal vez las más relevantes.
cuales tuvieron un espectacular éxito en determina-dos sectores de la antropología norteamericana y de al-gunos países de América Latina, especialmente Brasil.
Erosiones, devaluaciones y resurgimientos
Pero este éxito supone dos hechos interesantes: prime-ro, observar que la recuperación de estas propuestas
Al inicio de este trabajo señalamos que nuestro objetivo
se dio a través de otras disciplinas, en especial la filo-
se centraba en el proceso de desgaste, apropiación y
sofía (Bibeau, 1986-87) y, segundo, la negación o el
olvido de conceptos. Este proceso no sólo puede gene-
olvido de que una parte sustantiva de lo que estos
rar la modificación de los significados originales sino
científicos sociales asumían era en gran medida parte
también la declinación abrupta del valor de un concep-
del equipamiento teórico-metodológico de su propia dis-
to e inclusive la creación de una fuerte estigmatización
hacia los mismos. En la mayoría del ámbito académico
No cabe duda —por lo menos para mí—, de que
latinoamericano se dejó casi de usar el concepto de
parte del éxito de los “nuevos” conceptos y perspectivas
clase social a partir de fines de los setenta. Algunos re-
se debió justamente a que los mismos se articulaban
tomaron el más genérico de estratificación social, pero
congruentemente con las formas de pensar tradicio-
la categoría de clase social, y aún más las de proleta-
nales de la antropología cultural norteamericana. Por
riado y burguesía, entraron en desuso durante los
supuesto que ello supone asumir que esta antropología
ochenta. Esta declinación ya se había dado previamente
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
en Europa y en los Estados Unidos. Además, los que
Esta omisión, consciente o no, es muy frecuente, de
lo siguieron usando lo hicieron en forma muy semejante
tal manera que los conceptos centrales de un autor
a la utilizada en los sesenta y los setenta, lo cual con-
son apropiados eliminando algunas de sus caracterís-
tribuyó a favorecer la estigmatización de este concepto.
ticas o fundamentaciones básicas. Como ya se indicó,
Por otra parte, conceptos como colonialismo e im-
este trabajo de apropiación ha ocurrido por ejemplo
perialismo prácticamente ya no se utilizan. Algunos
con la obra de Gramsci, cuyos conceptos centrales
encubren parte de su antiguo significado a través del
no pueden ser realmente entendidos si no se vinculan
concepto de globalización. Pero en otros periodos esta
con las situaciones y relaciones de clase. Sin embargo,
estigmatización —porque de lo que se trata es de estig-
esta eliminación se ha hecho identificando sus pro-
matización— fue referida a otros conceptos. Así, en
puestas con las de una antropología cultural que ig-
gran parte de América Latina, sobre todo durante los
nora los procesos clasistas (ver Menéndez, 1980).
cincuenta y los sesenta, los conceptos de rol, de fun-
Este proceso de eliminación de determinados as-
ción o de percepción social, si bien fueron criticados
pectos sustantivos de los conceptos adquiere también
teóricamente, fueron sobre todo negados o estigmati-
otras características. Considero que esto puede obser-
zados por la mayoría de la producción marxista y para-
varse especialmente a través del concepto de repre-
sentación social o de representaciones colectivas. Este
Actualmente la crítica al estructuralismo ha con-
concepto es interesante, además, porque luego de su
ducido a algunas tendencias a evitar la utilización del
intenso uso inicial se eclipsó durante varias décadas
término e inclusive a evitar nombrarlo. Respecto de
para volver a reaparecer. Este concepto acuñado por
los diferentes conceptos enumerados, junto al distan-
Durkheim a fines del siglo XIX, y utilizado con este
ciamiento crítico opera una suerte de evitación, que va
nombre, con el de esquema cultural (antropología cul-
mucho más allá de la crítica metodológica. Se produce
tural norteamericana)11 o con el de mentalidad (escuela
una evitación social, que trata de evadir identificacio-
de los Anales), desapareció durante décadas y comenzó
nes teórico ideológicas consideradas negativas por los
a ser recuperado en los cincuenta y sobre todo en los
sujetos, en este caso antropólogos.
sesenta en la producción francesa. En América Lati-
Esta actitud evitativa puede operar eliminando o no
na su recuperación se dio durante los ochenta.
nombrando prácticamente nunca a determinados au-
Pero este concepto de representación corresponde
tores o corrientes teóricas. Una variante es la de ana-
a propuestas de tipo estructuralista que, al menos, se-
lizar o utilizar los conceptos básicos de un autor elimi-
cundarizan el papel del actor social. Remite a interpre-
nando algunas de sus concepciones teóricas centrales,
taciones que asumen la existencia de un saber orga-
lo cual impide apropiarse del verdadero sentido de sus
nizado desde el punto de vista de los actores. No es
conceptos. Como ejemplo tenemos el caso de V. Turner,
casual que autores como Foucault conviertan el con-
cuya influencia ha sido relevante en América Latina;
cepto de saber en uno de sus conceptos centrales, que
la mayoría de los que utilizan su teoría del ritual no
aun cuando incluya la dimensión del poder-micropoder
hacen casi nunca referencias a la influencia de la
niega el papel del sujeto en la producción-reproducción
teoría psicoanalítica en la formulación de varios de
los conceptos centrales de este autor como son con-
Sin embargo, este concepto ha sido utilizado cada
densación y unificación. Si bien Turner mismo no des-
vez más por autores que critican las propuestas es-
taca demasiado la influencia de Freud y refiere sus
tructuralistas, sin reparar en que el mismo está satu-
conceptos a Sapir, todos sabemos que este autor fue
rado de estas concepciones estructurantes. Respecto
uno de los primeros antropólogos en hacer un uso in-
de esto puede aducirse que la cuestión no radica
tensivo de la teoría psicoanalítica, así como en difun-
tanto en el nombre —lo cual es correcto— sino en el
dirla. Un hecho interesante es observar que varios de
uso dado al concepto. Lo interesante es que más allá
los antropólogos latinoamericanos que utilizan la teo-
de la apelación a lo antiestructurante una parte signi-
ría del ritual de Turner cuestionan o se distancian de
ficativa de estos trabajos siguen colocando el eje de
la teoría psicoanalítica (ver Turner, 1980, 1985, 1988;
sus interpretaciones en la estructura, nada más que
la denominan identidad, grupo étnico o actor social.
Según Zingg “Los antropólogos culturales norteamericanos utilizan el término esquema cultural para referirse al mismomaterial de datos sociales que los sociólogos franceses denominan representaciones colectivas. El término representaciónes un sinónimo tan exacto de la palabra esquema, que las denominaciones esquema cultural y representación colectivason equivalentes y se les usa indistintamente en todo este trabajo” (1982, vol. 1: 96 ). La influencia de Durkheim fue muy sig-nificativa en la antropología norteamericana de los años veinte y treinta.
Un paso más en este proceso de resignificación se
Cuando tratamos de discriminar qué se entiende
está dando a través del creciente uso del concepto ex-
por descripción densa, generalmente nos dan como
periencia, el cual se organiza a través de muy diferentes
ejemplo la de “pelea de gallos”, por supuesto que no en
propuestas teóricas (ver Conrad, 1987; Fitzpatrick et
México, pero generalmente no conseguimos obtener
al., 1990; Kleinman, 1988), pero que justamente trata
una propuesta metodológica a través de la cual se fun-
de colocar el núcleo de su interés no sólo en el sujeto
damente y se diferencie este tipo de etnografía respec-
sino en la vida del mismo o de su grupo. Una parte sus-
to de la que hacían Redfield, Lewis, Pozas o Bonfil para
tantiva de los trabajos que están utilizando este con-
México. Pero éste es un problema que no vamos a dis-
cepto, por lo menos dentro del estudio del proceso
cutir en este trabajo,12 aunque sí nos detendremos en
salud-enfermedad-atención, realmente no se refiere a
la denominada descripción fenomenológica.
la experiencia sino al saber. La impronta estructu-
El hecho más relevante para nosotros es que cuando
ralista o culturalista se impone más allá del empleo del
interrogamos sobre las características de las descrip-
ciones fenomenológicas, por lo menos una parte de los
Una vez más el manejo de los conceptos genera di-
investigadores que entre nosotros dicen hacer este
versas interrogantes. ¿Por qué el uso de un concepto
tipo de descripciones, las identifican con la descripción
como “palabra” más que como término específico re-
etnográfica tradicional, aunque en determinados casos
ferido al problema a investigar? ¿Qué funciones cum-
relacionada con objetos y problemas comparativamen-
ple este proceso de apropiación terminológica? ¿Acaso
te nuevos. Pero ocurre que utilizar la descripción feno-
tiene que ver con las modas, con distanciarse de con-
menológica supone una determinada aproximación
ceptos estigmatizados, con posibilidades de financia-
técnico-metodológica que sin embargo la mayoría pa-
reciera desconocer o no asumir. Más aún, algunos in-
Este proceso puede ser relacionado con otro que se
vestigadores pueden llegar inclusive a manejar un
ha dado frecuentemente, pero que halla en los últimos
cierto aparato teórico sobre fenomenología, incluida
años una interesante expresión en una parte de la an-
la descripción fenomenológica, que a la hora de la des-
tropología latinoamericana. Como sabemos, estudiar
cripción y el análisis aparece convertidos en etnografía
la realidad como significado ha sido una de las carac-
terísticas distintivas de las ciencias sociales y antro-
¿Qué es lo que ha ocurrido para que a una parte de
pológicas desde la década de los setenta hasta la ac-
le descripción etnográfica se la denomine descrip-
tualidad. Los fenomenólogos, los construccionistas,
ción fenomenológica, cuando además en la práctica
los psicoanalíticos, etcétera, tratan de convertir toda
no se realiza este tipo de descripciones? Es posible que
realidad en realidad con significación y sentido. Como
este deslizamiento se haya realizado a partir de que la
señala más o menos humorísticamente Morris, el sig-
descripción fenomenológica se identifica con el estu-
nificado ha sido uno de los grandes “negocios” meto-
dio de significados y, dado que éste ha pasado a primer
dológicos que han impulsado nuestras ciencias socia-
plano, se apela a dicha denominación más allá de que
les para evidenciar su significación y por supuesto la
necesidad de comprar sus servicios. Pero, como con-
Estos estudios sobre significado, que dicen utilizar
cluye críticamente este autor, se ha desarrollado tal
o buscar realizar una descripción fenomenológica o
cantidad de propuestas sobre significado que ya nadie
por lo menos densa, se caracterizan por estudiar pro-
sabe muy bien qué es significado (Morris, 1993).
blemas que suponen la producción de información no
Como sabemos, una parte del impulso a los estu-
sólo estratégica sino frecuentemente difícil de obtener.
dios de significado procede de las diferentes tendencias
Una parte de los estudios de significado se refiere a las
fenomenológicas. En los últimos años, y en función de
representaciones y prácticas religiosas, a la sexualidad
la discusión sobre la importancia de la etnografía,
femenina, a problemas de poder-micropoder dentro
sobre la necesidad de producir una “descripción densa”,
del ámbito local, a las formas curativas “tradicionales”
investigadores procedentes de la antropología y de otras
o al “banco de sueños”. Expresamente se señala la ne-
ciencias sociales nos proponen cada vez más que
cesidad de producir información calificada a partir de
están realizando no sólo descripciones densas sino
las voces de los propios actores. El manejo del lengua-
descripciones fenomenológicas de la salud reproduc-
je de los actores estudiados adquiere en consecuencia
tiva femenina, de los sueños o del dolor.
una importancia decisiva para producir información
Según Gledhill, el trabajo antropológico se caracteriza más que por realizar etnografías profundas porque el antropólogoreside en el lugar que estudia y se gana la confianza de la población. En este sentido, los datos que produce “.no hubieranpodido obtenerse de ninguna otra manera” (1993: 21). Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
estratégica y analizarla, así como en determinados
dos años, siendo con frecuencia mucho más breve, podía
casos para intervenir sobre la realidad. usar con eficiencia los lenguajes nativos sin dominarlos.
Este tipo de orientación suele aplicarse al estudio
En un significativo artículo de 1939, M. Mead arguyó que
de grupos étnicos, es decir de actores que con frecuencia
el etnógrafo que siguiera la prescripción malinovskiana
hablan su propia lengua, y que generalmente tienen
de evitar intérpretes y condujera su investigación en lengua
un uso reducido de la lengua española. Más aún, res-
vernácula no necesitaba alcanzar el “virtuosismo” en las
pecto de determinados ámbitos de la realidad, como
lenguas nativas, sino que podía “usar” la lengua local para
pueden ser la religión, los padecimientos o la salud
realizar preguntas, mantener el rapport y arreglárselas
reproductiva, el uso de la lengua nativa es determinante
con la cultura general, obteniendo buenos resultados en
sobre todo si se busca estudiar significados. Sin em-
áreas de concentración particulares. Su actitud hacia el
bargo, la mayoría de los antropólogos —y por supues-
“uso” del lenguaje era ampliamente característica de una
to otros científicos sociales— que estudian algunas de
generación de etnógrafos. (Clifford, 1995: 48-49).
las problemáticas señaladas no manejan realmente lalengua del grupo con el cual trabajan. Las entrevis-
Como recuerda Clifford, un comprensivista como
tas las realizan en español o a través de informantes
Lowie cuestionó ya en 1940 la validez de este enfoque,
y señaló le necesidad de manejar la lengua nativa, ya
Esta forma de trabajo no es congruente con el marco
que “.nadie prestaría crédito a una traducción de
teórico-metodológico utilizado, pero ha sido la mane-
Proust que estuviera basada en un conocimiento equi-
ra tradicional en que gran parte de los antropólogos
valente del francés” (citado por Clifford, 1995: 49).
han realizado sus etnografías. Pero existe una pequeña
Para Lowie no era correcto en términos metodológicos
diferencia, nuestros viejos colegas no pretendían es-
estudiar antropológicamente un grupo sin conocer a
tudiar problemas donde el significado y el sentido
fondo su lenguaje, máxime cuando se estudian pro-
fueran lo central, y menos desde una perspectiva fe-
blemas como religión, parentesco o clases de edades.
nomenológica o densa, como ocurre con el tipo de in-
La propuesta de Lowie era obvia en términos me-
vestigación que estoy analizando. Más aún, dichos co-
todológicos, y sin embargo durante bastante tiempo
legas no apelaban al punto de vista del actor, por lo
dominó la concepción malinovskiana. Pero esta opción
menos como estrategia metodológica.
es difícil de fundamentar en términos metodológicos,
Ahora bien, ¿cómo hacen estos nuevos antropólo-
no así en razones prácticas del tipo “si no lo hago yo y
gos para estudiar el significado en términos fenome-
así, ¿quién lo hace?”, sobre todo cuando las culturas
nológicos si realmente no manejan la palabra del
están desapareciendo o transformándose. Además, exis-
actor? ¿Cómo justifican metodológicamente esta mane-
tirían razones de tipo ideológico, tal como se desliza en
ra de trabajar, si la forma de producir información es
el análisis de Clifford; pretender estudiar problemas
parte decisiva de la calidad del dato obtenido para poder
de alta complejidad donde el lenguaje es decisivo sin
interpretar con validez las significaciones?
manejar dicho lenguaje, supone una concepción subal-
Lo narrado cubre varios de los aspectos plantea-
ternizante o directamente cosificadora del sujeto (ob-
dos. Por una parte observamos la contradicción o por
lo menos el distanciamiento entre la propuesta teórico-
El mantenimiento actual de una actitud similar a la
metodológica y lo que realmente se hace. Pero además
organizada en la década de los veinte entre investiga-
observamos continuidad con una manera de trabajar
dores que dicen que van a estudiar significados, pero
del antropólogo, que habiendo sido cuestionada rei-
cuya estadía real ya no es de uno o dos años sino de
teradamente persiste hasta la actualidad. Como sa-
dos a cuatro meses, nos remite a una discrepancia
bemos, gran parte de la legitimación de esta forma de
profunda entre la formulación de objetivos y conceptos
trabajo, que pone entre paréntesis la significación
del manejo del lenguaje, se basa realmente en la
Por otra parte, este proceso de desgaste y resigni-
importancia-mitificación de la denominada observa-
ficación ha sido reforzado por la apropiación de los
conceptos y técnicas de trabajo antropológico por
Según Clifford, alrededor de 1930 ya se había orga-
otras disciplinas, que tanto en función de su propia
nizado la concepción del quehacer antropológico cen-
orientación como de varios estímulos actuales tienden
trado en el trabajo de campo, que incluía una deter-
a reducir cada vez más la preocupación por la produc-
minada manera de aplicar el uso de la lengua:
ción de la información y por el cuidado de la misma. Lodramático de esta actuación para nosotros radica en
.existía un acuerdo tácito de que el etnógrafo de nuevo
que se está desarrollando un tipo de producción de
estilo, cuya permanencia en el campo rara vez excedía los
información dizque antropológica donde todo se de-
posita en el análisis o en la narración, al margen de la
zar críticamente la realidad, cuestionarla, modificar
calidad, la profundidad y la capacidad estratégica de
los habitus que refuerzan el estado dominante, así
como determinados aspectos del saber popular y de
Un problema que afecta el uso de conceptos es la
las relaciones sociales de hegemonía-subalternidad.
difusión de los mismos tanto en los conjuntos sociales
Los que lo impulsaron criticaron la educación como
en general como en los diferentes grupos académicos
información, la educación como reducida a las repre-
y profesionales. La difusión constituye un proceso no
sentaciones. Esto fue muy notorio en el trabajo de las
sólo “normal” sino frecuente, y el mismo también con-
organizaciones no gubernamentales (ONG) que actuaban
tribuye a la erosión y resignificación de los concep-
en diferentes campos de la educación popular, y en es-
tos. Debo subrayar que cuando hablamos de difusión
pecial en el campo de la salud-enfermedad-atención.
de conceptos en los conjuntos sociales no pensamos
Pero durante el proceso de aplicación de este concepto
únicamente en la difusión de las concepciones marxis-
una parte de las ONG y del aparato médico sanitario uti-
tas, psicoanalíticas o evolucionistas, respecto de todas
lizaron crecientemente en su práctica el término con-
las cuales tenemos expresión en diferentes sectores
cientización como equivalente de informar y de educar,
manejándolo como saber individual y no como saber
Conceptos como clase social, inconsciente o dege-
neración son términos utilizados con cierta frecuen-
El impulso a los programas de atención primaria
cia por diferentes grupos sociales, incluidos algunos
favoreció esta orientación. Las pláticas de concienti-
estratos subalternos,13 pero también lo son los de con-
zación se convirtieron en uno de los principales instru-
cientización, participación o desocupación. Si bien este
mentos. Hablar con la gente, platicar con ella durante
proceso se da en los diferentes grupos, nos detendre-
dos, tres o quince minutos y una o dos veces se con-
mos en especial en la apropiación generada a partir de
virtió en equivalente de concientizar para muchas
algunas disciplinas sobre todo de orientación práctica.
actividades en salud. De tal manera que actualmente
A partir de nuestra investigación sobre proceso de
el concepto de concientización aparece utilizado e iden-
alcoholización hemos realizado análisis del desarrollo
tificado con los conceptos y prácticas que inicialmente
de los conceptos estilo de vida, participación social o
cuestionó (Menéndez y Di Pardo, 1996).
concientización por parte de las ciencias sociales y an-
Este proceso no niega que algunas ONG siguieran
tropológicas, pero relacionándolos con el proceso de
aplicando el término en el sentido original, pero la ten-
apropiación de los mismos por la medicina y la psico-
dencia dominante hoy en día es muy parecida a la de
logía clínica y comunitaria (Menéndez, 1990a, 1990b,
educación como información; y la práctica está ge-
1995 y 1998; Menéndez y Di Pardo, 1996).
neralmente referida a la solución de un problema en
Así por ejemplo, el concepto de concientización,
términos circunscritos escindido del análisis de la
que tuvo desde sus inicios una intencionalidad prác-
tico crítica, a medida que se fue aplicando se fue con-
Lo mismo ha ocurrido con los conceptos estilo de
virtiendo en un concepto equivalente a educación e
vida, participación social (ver Ugalde, 1985) o coping,14
información, cuando en un principio había sido acu-
y este proceso continuará más allá de las voluntades
ñado en gran medida para cuestionar el uso de estos
metodológicas de controlarlo, lo cual supone la nece-
dos conceptos. A partir de la obra de autores como P.
sidad de una constante actitud de vigilancia epis-
Freire, el concepto de concientización se identificó con
temológica, como diría Bourdieu, pero no para con-
el concepto de educación popular, que pretendía lograr
servar la originalidad del concepto, sino para observar
varios objetivos en forma simultánea. Concientizar
las derivaciones paradojales y hasta contradictorias
suponía buscar las causas reales de la situación que
desarrolladas en la práctica. Y sobre todo para seguir
viven los conjuntos sociales, pensar en alternativas de
utilizando el concepto a partir de las perspectivas
modificación surgidas de la propia situación, llevar-
antropológicas, en la medida que evidencian una ca-
las a la práctica a través de los medios que manejan los
pacidad de proponer interpretaciones e información
conjuntos sociales y articular la forma de reflexionar
estratégicas diferentes. Lo que sí hay que asumir es
y actuar. En consecuencia, concientizar significó anali-
que dado el proceso de aplicación de los conceptos
En el trabajo sobre Yucatán, así como en trabajos realizados en pequeñas comunidades de varias partes de México pudimosverificar el uso y mantenimiento de conceptos como “debilidad congénita” o directamente “debilidad”, así como en los tra-bajos sobre el proceso de alcoholización pudimos verificar el mantenimiento de conceptos referidos a “degeneración”.
Este concepto acuñado en los setenta, y que frecuentemente se traduce como “enfrentamiento”, originalmente se refierea los recursos individuales y colectivos de todo tipo que tiene un actor para enfrentar y resolver un problema determinado. Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
éstos pueden, aun conservando el mismo nombre, ser
utilizamos conceptos que podemos denominar como
usados ahora con significados no sólo diferentes, sino
ideológicos, y esto más allá de nuestros intentos me-
todológicos de precisarlos teóricamente. Así, los con-
El análisis del concepto participación social y de
ceptos de revolución, salud, autogestión o tradicional
otros conceptos y acciones vinculados al mismo, evi-
tienen un contenido ideológico que implica la existen-
dencia no sólo la permanente producción de conceptos
cia dentro de los mismos de imaginarios referidos a lo
similares como promoción, animación social o desa-
posible. Actualmente, algunos de estos conceptos
rrollo comunitario, sino un hecho que también se rei-
tampoco son muy utilizados, o lo son entrecomillados,
tera. Pese a que los análisis de las aplicaciones de las
pero ello no implica su desaparición ni los invalida
actividades de participación social en diferentes cam-
como conceptos. La posibilidad de su manejo no de-
pos como la educación o la salud han demostrado la
biera remitir a un acuerdo compartido en las defini-
escasa o nula eficacia de estas participaciones para
ciones sino a la necesidad de que cada uno de los que
obtener los objetivos propuestos en función de la orien-
los usan hagan explícito con especificidad y precisión
tación dada a la participación social, periódicamente
qué se quiere decir con dicho concepto, sin por ello
algunos de estos conceptos desaparecen para luego
buscar compartir las opciones implícitas en las defi-
de un tiempo reaparecer y ser utilizados en forma si-
niciones, dado que los objetivos de estos conceptos
milar a la que fue cuestionada a partir de descripciones
operan en el imaginario social y político, y por supuesto
El brillante análisis de Ugalde (1985) respecto de
la aplicación de la participación social y la educaciónen salud para América Latina entre las décadas de los
cincuenta y los setenta, permite observar este proceso,que se continúa hasta la actualidad (Menéndez, 1995;
En el desarrollo de este trabajo hemos propuesto una
serie de interpretaciones de muy diferente tipo respec-
Esta recuperación no opera por otra parte sólo a
to del uso y desuso de conceptos en antropología social
través de las ONG, del sector educativo o del sector
y, en particular, respecto de los procesos de olvido y
salud, sino que es impulsado sobre todo por las orga-
distanciamiento. Dichas interpretaciones pueden
nizaciones internacionales de tipo Banco Mundial o
organizarse en una serie de apartados que remiten las
UNICEF, y también por una parte del mundo académico.
explicaciones del olvido al propio proceso de construc-
¿Qué proceso de olvido, negación o desconocimien-
ción del conocimiento antropológico, a las condicio-
to opera para favorecer la fundamentación teórica y la
nes institucionales donde se desarrolla la producción
aplicación de conceptos que reiteradamente evidencia-
científica, al narcisismo profesional e individual ar-
ticulado con el notable impulso dado al “espectáculo”
Respecto de este último proceso podemos encontrar
científico, al desarrollo de determinadas características
explicaciones en algunas de las propuestas anterio-
sociales e ideológicas que operan simultáneamente en
res, pero aparecen otras que refuerzan la necesidad de
la vida cotidiana y en la producción institucional de
olvidar o desconocer. Una de singular importancia es
saberes académicos, a la significación del uso técnico
la existencia de financiamientos para desarrollar éstas
y aplicado del conocimiento, al proceso de apropiación
y no otro tipo de actividades. Esto ha sido muy claro
de conceptos antropológicos por otras disciplinas, a
en el tipo de participación social y en el tipo de forma-
la necesidad funcional del olvido —generalmente de
ción de promotores impulsados por los programas de
ciertos olvidos— para poder reinventar conceptos y
atención primaria con financiamiento internacional.
formas de vida, a la propuesta teórica o directamente
Pero, además, la recuperación de conceptos cuestio-
existencial de que la historia constituye más un peso
nados en su propia eficacia, deviene de que frente a de-
y una limitación que una posibilidad de construcción
terminados problemas “algo hay que hacer”. Existe una
para la vida incluida la vida académica, o a la necesi-
presión social, inclusive dentro del mundo académico,
dad de asumir que toda generación, o por lo menos al-
en la cual frecuentemente se potencian las demandas
gunas, necesitan inventar conceptos y acciones como
de los propios conjuntos sociales subalternos, las orien-
mecanismo de apropiación real de los mismos y más
taciones del sector técnico y los ofrecimientos de los
allá de que reiteren conceptos y prácticas existentes.
organismos financiadores (Barret, 1997).
Algunas de estas interpretaciones han sido desarro-
Para concluir con esta esquemática revisión de di-
lladas en este texto, pero el análisis pormenorizado de
ferentes usos y desusos de conceptos, recordemos que
cada una no podemos realizarlo por razones de espacio.
los antropólogos, y por supuesto otros especialistas,
Subrayo no obstante que en términos metodológicos
considero que las interpretaciones de este proceso de
los grupos sociales. Por otra parte, la exclusión de este
olvido deben ser específicas, deben referirse al proce-
proceso de “reconocimiento” en la formación científica
so intrínseco de producción de conocimiento, lo cual
limita cada vez más la posibilidad de actuar a través
no supone desconocer que determinados procesos de
de una aproximación científica crítica.
olvido, desgaste o reinvención que operan en el mundo
La tendencia que estamos señalando se verifica por
académico se correlacionan con determinadas orien-
ejemplo en los últimos años en los procesos de control
taciones que operan en la sociedad global, en la vida
técnico-científico de la producción de medicamentos.
cotidiana de los conjuntos sociales.
En los departamentos técnicos de control de alimen-
Desde esta perspectiva es que debe asumirse que
tos y de medicamentos en los Estados Unidos, y cada
toda una serie de procesos tiende en ambos ámbitos
vez en más países, se ha reducido el tiempo y número
a focalizar el presente, a valorar no sólo lo nuevo sino
de pruebas a la que debe ser sometido un nuevo pro-
lo inmediato, reduciendo cada vez más la significación
ducto químico para favorecer su lanzamiento al mer-
real de la dimensión histórica. Inclusive toda una serie
cado con la mayor rapidez posible. Pero el tiempo y la
de tendencias que en lo manifiesto proponen recuperar
cantidad de pruebas tenía, y por supuesto tiene, como
el pasado, tienden a mitificarlo o resignificarlo como
objetivo controlar al máximo no sólo la eficacia del
presente en función del manejo que se hace de la et-
producto sino las consecuencias negativas del mismo
nicidad, la religiosidad, la identidad colectiva o la cien-
en especial sobre los seres humanos. La disminución
de controles científicos y técnicos ha conducido a que, en
Este proceso de actualización aparece cada vez más
los últimos años, se haya incrementado el número de
reforzado por las denominadas ciencias duras, para
productos químico-farmacéuticos lanzados al mercado,
las cuales la producción científica pasada tiene bási-
que luego de un tiempo deben ser retirados dado que
camente un valor cronológico de antecedente, pero no
su consumo evidencia consecuencias negativas, las
posee ya demasiado valor científico en sí. Este proce-
cuales pueden suponer deformaciones congénitas,
so opera más allá de la invocación a la importancia de
la emergencia de nuevos padecimientos, invalideces y
lo histórico desarrollada por algunos científicos duros.
hasta la muerte de los consumidores. La actualización
Esta tendencia se observa a través de los indicado-
del presente científico y técnico es correlativa del ne-
res que utiliza la producción científica; los tiempos de
obsolescencia de un trabajo publicado se reducen
La producción científica afirma con su presencia en
cada vez más. La mayoría de las citas de los artículos
el mercado de bienes de producción y consumo su sig-
publicados en las revistas especializadas se refiere a
nificación positiva centrada en el presente y en el fu-
los cinco últimos años, o a lo máximo a los últimos diez
turo. La actitud científica afirma naturalmente su efica-
años. Y esta tendencia a la reducción se incrementa y
cia teórica y aplicada verificada en el presente y sobre
todo en el futuro; afirma su trayectoria a través de los
Pero esta tendencia, que puede llegar a ser funda-
aportes científicos a la vida cotidiana. Sin negar parte
mentada a través de criterios científicos de produc-
de esta afirmación, el dominio de esta perspectiva
ción de conocimiento, haciendo referencia a que las
ahistórica limita o directamente impide la posibilidad
investigaciones que ya no se citan es porque fueron
de observar que la producción científica tiene también
superadas o perfeccionadas o porque fue demostrada
una historia de malos usos, de “malas prácticas” y de
su falta de capacidad explicativa-aplicativa, se correla-
consecuencias negativas, así como también una his-
ciona con un proceso de olvido que es directamente de
toria amoral en su forma de operar científicamente. El
tipo ideológico. Porque la negación del pasado científico
actual descubrimiento de la importancia de la “ética
inmediato es correlativa del olvido sistemático respec-
en la investigación” es correlativa del paso a primer
to de las consecuencias generadas por una parte de la
plano de la neutralidad valorativa en todos los pasos
investigación, en especial de la aplicada.15
del proceso científico y del dominio del olvido como
Construir un tipo de producción científica que con-
parte de dicha neutralidad valorativa.
sidera como obsoleta en forma casi inmediata la pro-
Esta es una historia conocida, pero que hasta
ducción de conocimiento posibilita el olvido de un pa-
ahora no parece incidir en la tendencia hacia el olvido
sado cuya descripción y análisis permitiría observar
y hacia la focalización del presente. Pero respecto de
toda una serie de consecuencias negativas generadas
estas conclusiones podría indicarse que corresponden
sobre las personas, los animales, el medio ambiente o
a las ciencias duras y no a la producción de conocimiento
Pero recordemos que respecto de la diferenciación ciencia pura-ciencia aplicada, hace ya muchos años que Nadel (1955)concluía que todo saber académico, aun el más teórico, es un conocimiento que tiende a ser usado. Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos?
antropológico. Sin embargo, varios hechos permiten
Es en función del proceso de continuidad-discontinuidad
observar que los mismos son pertinentes al desarro-
en el uso de conceptos, que podemos analizar el signi-
llo de nuestra disciplina. Como sabemos, en la ma-
ficado ideológico, reactivo, de identidad estigmatizada
yoría de los países y en especial en los centrales, la
que han adquirido determinados conceptos para deter-
ciencia se organiza cada vez más en forma homogénea,
a través del modelo de las ciencias duras. No sólo sus
Pero estos y otros procesos observados intrínse-
indicadores de producción y calidad científica son los
camente deben ser articulados con los procesos sociales
dominantes, sino que estas ciencias son las que esta-
más generales que tienden al olvido, al desgaste o a la
blecen los criterios de lo que debe ser ciencia, y sobre
resignificación de conceptos, y que van desde la presión
todo son las que realmente inciden en la vida cotidia-
política directa operada en regímenes fascistas y stali-
na de los conjuntos sociales. En la práctica, cada vez
nistas sobre los conceptos a usar o a descartar y sobre
más determinadas características del trabajo antropo-
el significado de los mismos, hasta las presiones insti-
lógico tienden a desaparecer o a modificarse en función
tucionales producto de hegemonías teórico-ideológicas,
de la aplicación de estándares a la producción cientí-
que son las dominantes en los sistemas actuales. En
fica. Esto se refuerza con la tendencia a la denominada
todos estos sistemas, lo más significativo para mí son
investigación interdisciplinaria y a las investigaciones
las orientaciones que a través de múltiples dimensiones
comparadas que impulsan funcionalmente determi-
y de diferentes espacios sociales —incluido el espacio
nadas concepciones que generalmente vienen de las
académico— tienden a proponer representaciones y
disciplinas hegemónicas, que son las que realmente
prácticas centradas en la actualización constante del
orientan el trabajo supuestamente interdisciplinario.
presente tanto para el conocimiento antropológico como
Pero, además, parte de las ciencias antropológicas
para los saberes de los diferentes conjuntos sociales.
y sociales también tienen una historia de interpreta-ciones e intervenciones que gran parte del procesoacadémico tiende a negar o a olvidar, y que sin em-
bargo evidencia un uso aplicado o teórico-ideológicocuestionable del saber antropológico. Recordemos que
estos procesos, tanto respecto de las ciencias duras
“Prophets and advisors in black spiritual chur-ches: therapy, palliative or opiate”, en Culture,
como de las socioantropológicas, fueron por otra parte
Medicine and Psychiatry, núm. 5, pp. 145-170.
frecuentemente analizados (Beyerchen, 1977; Horo-
“A comparative view of a heterodox health
witz, 1975; Huizer y Mannheim, 1979; Hymes, 1974;
system: chiropractic in America and Britain”,
Levy Leblond y Jaubert, 1980), aun cuando tendamos
en Medical Anthropology, núm. 8, pp. 151-168.
“Identity, ideology and inequality: methodolo-
Pero tal vez los datos más dinámicos son los que
gies inmedical anthropology, Guatemala 1950-
permiten observar el desarrollo de determinadas orien-
1995”, en Social Science & Medicine, vol. 44,
taciones que están impulsándose dentro del trabajo
antropológico, y entre los que sobresalen la reducción
Scientists under Hitler. Politics and the physics
cada vez más acusada del lapso del trabajo de campo,
community in the Third Reich, Yale University
el fomento de las denominadas etnografías rápidas
cuya aplicación puede ser realizada en dos o tres se-
1986-87 “Nouvelles directions dans l’anthropologie me-
manas, o el financiamiento diferencial de campos del
dico-psychiatrique nord-americaine”, en Sant/
saber antropológico relacionados con problemas es-
Culture/Health, vol. IV, núm. 2, pp. 4-11.
pecíficos y determinados tipos de aproximaciones me-
Los usos sociales del cuerpo, Periferia, BuenosAires.
Por lo tanto, concluimos que las explicaciones al
Descubrimiento de la enfermedad, Ciencia Nue-
proceso de olvido de conceptos se refieren a toda una
serie de dimensiones que se potencian y que necesi-
tamos observarlas a partir de la propia producción de
Familia y red social: roles, normas y relacionesexternas en las familias urbanas, Taurus, Ma-
conocimiento antropológico. Es dentro de esta produc-
ción que podemos detectar la necesidad de no usar de-
terminados conceptos porque los mismos ya no son
La distinction, Minuit, París (hay edición en es-
estratégicos, porque han aparecido nuevos problemas
Le sens practique, Minuit, París (hay edición en
o por el proceso de desgaste en su apropiación por
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