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USE AND DISUSE OF CONCEPTS IN SOCIAL ANTHROPOLOGY. WHERE ARE THE FORGOTTEN CONCEPTS?A continuous process of invention, erosion, appropriation and mainly oblivion, takes place in the use of SocialAnthropology's basic concepts. This matter isn't occasional, but goes on with anthropological development, and ithas own evidence in theoretical production. New concepts are similar to well known concept (habitus); someconcepts are applied with an opposite sense (consciousness), and other are stigmatized, even professionallyavoided (social class). However, the most significant feat in the use of concepts it's their own oblivion. In this papervarious complementary interpretations about this fact are proposed: the most important one shows the tendencyin keeping the presence of the present, and how this occurs in the anthropological knowledge and in the socialproduction in daily life. La trayectoria histórica de la antropología social permite expresión en la generación de conceptos que pretenden observar una constante invención, desgaste, extrapo- ser holísticos y relacionales, es decir, que tratan de lación, apropiación, desaparición o resurgimiento de entender a la realidad social como totalidad interrela- conceptos, donde lo fundamental parece radicar en el cionada y, en determinadas escuelas, como interactiva.
olvido o directamente en la negación de este proceso, Si bien partimos del hecho de que los antropólogos por la mayoría de los que acuñan los conceptos, y generan continuamente conceptos que frecuentemen- te no se distinguen demasiado unos de otros, así como Nuestro análisis se centrará en este proceso, que se de que tendemos a olvidar o directamente ignorar la correlaciona con otro de similar importancia: la ten- existencia de conceptos estrechamente vinculados dencia a la escisión entre la propuesta teórica de con- con los que estamos usando, nuestro objetivo en este ceptos y el uso que realmente se hace de los mismos.
trabajo no radica en buscar, recordar o reconstruir los Así, por ejemplo, toda una serie de conceptos que en antecedentes de los conceptos para establecer los orí- su formulación teórica pretenden circunscribir de- terminados campos de la realidad, en su aplicación no Casi todo concepto tiene antecedentes, tiene una cumplen con este objetivo o suelen cubrir sólo una historia conceptual, pero lo que nos interesa en este parte de la realidad, la cual no obstante es frecuente- trabajo no es tanto reconstruir esa historia, sino mente entendida como “la” realidad. Dentro de la pro- sobre todo tratar de entender el proceso de olvido y de ducción antropológica esta tendencia halla su mayor negación. Esta preocupación aparece como el núcleo Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Centro.
En este artículo voy a analizar algunos problemas metodológicos sobre los cuales vengo trabajando desde hace varios añosy que tienen como marco de referencia nuestra investigación sobre el proceso de alcoholización en México y, en particular,sobre saber médico y alcoholismo (Menéndez, 1990a, Menéndez y Di Pardo, 1982, 1996) Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? de nuestro interés porque partimos de otro supuesto: En consecuencia, un enfoque construccionista su- que el olvido no sólo opera en el uso-desuso de conceptos, pondría el desarrollo de varias historias, que en este sino que es parte de un proceso más general que afecta trabajo no vamos a desarrollar; en lugar de ello, a la vida cotidiana. El olvido no sería sólo un problema partir de asumir la posibilidad (necesidad) de estas de arqueología del saber académico-teórico, sino un construcciones nos detendremos a analizar diferentes rasgo de la producción-reproducción del saber de los situaciones de olvido y desgaste de conceptos sólo dentro de la producción antropológica, para tratar dever especialmente las funciones del olvido en el campode la producción académica de conceptos.
Nuestro análisis parte de asumir que los conceptos se constituyen para tratar de interpretar, explicar, dar ¿Por qué dejan de ser usados los conceptos? y, sobre cuenta de un problema planteado. Frente a estos pro- todo, ¿por qué se genera el olvido o la negación res- blemas se irán formulando y reformulando conceptos pecto de los mismos? ¿Por qué los antropólogos cons- según la perspectiva teórica, práctica y situacional del truyen y usan conceptos a los que les colocan nombres investigador. Asumimos en consecuencia que los con- distintos y sin embargo son similares a otros concep- ceptos se crean en función de problemas, y que por lo tos en uso, o que fueron utilizados hasta fechas relati- tanto a través de los mismos se articulan, frecuente- vamente recientes? Un análisis histórico de nuestra mente sin saberlo, concepciones derivadas de diferen- disciplina permite observar que, simultáneamente o no, tes teorías. Ulteriormente, dicho concepto puede ser varias escuelas producen conceptos cuya diferencia- referido a teorías específicas o también puede partir de ción de otros es muy difícil de establecer. Esto puede una teoría, pero si lo determinante es el problema lo ser fácilmente constatado a través de la serie de concep- que ocurrirá será una articulación de teorías expresa- tos que trataron de definir la “cultura” como totalidad. 2 da a través del concepto. Esto es lo que explica en gran Respecto de este proceso, una respuesta de tipo medida que un mismo concepto tenga diferentes signi- metodológico podría concluir que la invención de ficaciones y resignificaciones teóricas (Menéndez, 1998).
nuevos conceptos es debida a que los conceptos exis- Un segundo punto de partida es que para nosotros tentes han perdido la capacidad estratégica de generar un concepto es un “instrumento” para ser usado, y que datos e interpretaciones respecto del problema para el a través de su uso se generan gran parte de sus trans- cual fueron construidos, y que, en consecuencia, se formaciones. Los conceptos no debieran ser conside- requieren otros conceptos que los reemplacen o que rados como cristalizaciones originales, cuya “pureza” convivan con ellos. Sin negar esta y otras posibilida- hay que conservar, ya que por lo menos una parte de des centradas en lo metodológico, considero que por lo los mismos serán inevitablemente modificados por menos parte de la interpretación básica de este proce- otros teóricos, por los profesionales prácticos, por los so nos remite a otras instancias que trataremos de políticos o por los conjuntos sociales, según sus situa- ciones e intereses. Los conceptos se erosionan; existe Nuestro objetivo implicaría analizar la trayectoria una casi inevitable degradación respecto de las pro- de los conceptos, pero no sólo en términos de lo que puestas teóricas iniciales, pero esto debe asumirse ahora se denomina deconstrucción, sino sobre todo en justamente como parte de la historia y del uso de los términos de construcción, pero una construcción que observe la trayectoria y el uso de los conceptos no sólo Este reconocimiento no invalida ni niega la obli- dentro del ámbito académico sino también dentro de gación metodológica de establecer una definición y un los ámbitos del saber técnico-profesional, de los mo- manejo claro, preciso y específico de los conceptos, por vimientos y grupos políticos y del saber de los conjun- lo menos por los que los usan teóricamente. Todo con- tos sociales. A partir de nuestra investigación sobre el cepto debe ser usado tratando de articular teorización proceso de alcoholización, pero también de nuestros y problema, de tal manera que el uso del concepto sea trabajos sobre autoatención y participación social realmente intencional en su articulación o en su distan- hemos podido observar la presencia activa de términos ciamiento respecto del problema planteado. Es justamen- y conceptos comunes a los cuatro ámbitos señalados, te la frecuente carencia de esta intencionalidad lo que así como un proceso de transacciones conceptuales posibilita el uso de conceptos desarticulados del proble- ma, sobre todo en términos de producción de información.
Al señalar esto, no niego la existencia de conceptos que presentan diferencias significativas entre sí en términos meto-dológicos y relativos al campo problemático que buscan describir e interpretar.
Si bien nuestro análisis se centrará en el uso de lógico y frecuentemente epistemológico; es decir, ela- conceptos por la antropología social y la etnología, ello borado en un alto nivel de abstracción. Estos trabajos no supone concluir que los procesos metodológicos pueden remitir a investigaciones empíricas, pero fre- señalados se den exclusivamente en nuestras disci- cuentemente los que los producen no hacen inves- plinas. No sólo en las otras ciencias sociales e históricas, tigaciones sobre la “realidad” o, si se prefiere, sobre sino también en la medicina social, en la salud pública “problemas” de la realidad, sino que lo que hacen es o en la psicología comunitaria observamos procesos reflexionar sobre cómo es descrita y sobre todo cómo similares. Más aún, el desarrollo de algunas de estas es analizada la realidad. Al escribir esto estoy pensan- disciplinas ha dado lugar al uso intensivo de concep- do en destacados e influyentes autores como Giddens o tos construidos por las ciencias antropológicas y so- Habermas que, hasta lo que sé, casi nunca han realiza- ciales, como observamos en los casos de la psicología do investigación sobre problemas “empíricos” y mucho y la psiquiatría comunitarias, ya que varios de sus menos producido la información a analizar, y que son conceptos básicos —incluido el de comunidad— fueron exponentes de lo que denomino teoría de la teoría.
acuñados y desarrollados inicialmente por nuestras La segunda fuente la constituyen las investigaciones disciplinas. El uso y reorientación de conceptos so- antropológicas, los estudios etnográficos, donde vemos cioantropológicos por otras disciplinas permite obser- cómo se utilizan los conceptos en la práctica de la in- var algunas de las características más interesantes de vestigación. A través de estos materiales observamos los procesos metodológicos que estamos analizando.
la capacidad de un concepto no sólo para interpre- Para dar un solo ejemplo de este frecuente proceso, tar la realidad sino para organizar y orientar la produc- recordemos que el concepto redes sociales, que hace ción de información. Es aquí donde podemos observar unos treinta años tuvo un intenso uso en psicología y la relación información-concepto, pero también es en psiquiatría, y que últimamente tuvo un nuevo rejuve- estos materiales donde podemos ver los procesos de necimiento en América Latina, fue acuñado y desarro- transformación, resignificación y desgaste de los con- llado en la década de 1950 por antropólogos sociales ceptos. Es aquí donde podemos observar cómo en la para estudiar pequeñas comunidades. A principios de propia producción y elaboración del dato el concepto los cincuenta, la antropóloga británica Bott (1990) evidencia sus posibilidades o necesita ser reorienta- aplicó por primera vez este concepto al estudio de do y reconvertido en otro concepto en función de los redes sociales dentro de la ciudad de Londres. Bott ar- problemas y orientaciones manejados por el investigador.
ticuló concepciones teóricas provenientes del estructu- Esta dureza, este tipo de inclusión del investiga- ralismo y del psicoanálisis, aplicadas a problemáticas dor, no opera en los que sólo hacen teoría de la teoría, de pequeños o medianos grupos; su propuesta debe por lo que, sin desconocer la importancia de algunos ser relacionada con el interés del servicio de salud bri- de sus aportes, consideramos que los mismos son se- tánico por el desarrollo de una psiquiatría comunitaria.
cundarios para entender los procesos metodológicos En América Latina el concepto de redes tuvo un cierto desarrollo y uso en las décadas de los sesenta y Quiero subrayar que mi propuesta no supone nin- los setenta, pero luego se eclipsó, para volver a reapa- guna recuperación de las concepciones “empiristas”, recer a mediados de los ochenta pero desconectado ya que las cuestiono en todas sus formas. Lo que pro- de su proceso constitutivo. Este concepto, como los de pongo es una secundarización del teoricismo, dado ciclo de vida del grupo doméstico y de estilo de vida que éste no asume la realidad como problematizada a fueron inventados y desarrollados por científicos so- partir de un esfuerzo de producir no sólo análisis sino ciales, pero utilizados sobre todo por la psicología y la información personalizada (Menéndez, 1991). En con- medicina clínica y comunitaria. Todos estos concep- secuencia, asumo que la producción más significativa tos sufrieron un proceso de transformación y desgaste de la antropología deviene justamente de sus investi- tanto teórico como práctico en función de dos hechos: gaciones de problemas y no de las elaboraciones con- su aplicación a problemas definidos por los intereses teóricos y profesionales de las disciplinas que se apro- Una tercera fuente que, por lo menos para mí, tiene piaron de ellos y el correlativo olvido de los objetivos significación, es mi propia trayectoria en este proceso de iniciales de estos conceptos y del proceso constitutivo uso y desuso de conceptos, dado que varias de las si- tuaciones que voy a presentar y en algunos casos ana- Considero importante consignar que mi análisis de lizar, emergieron en mi propio trabajo. Si bien éste es un los conceptos socioantropológicos surge de tres tipos elemento secundario en términos epistemológicos, fue de materiales. Surge de un tipo de trabajo pensado y y sigue siendo decisivo para mí, no sólo para tomar con- producido en un plano casi exclusivamente metodo- ciencia de este proceso sino para intentar interpretarlo.
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? ciones cognoscitivas a través de actividades general- mente ritualizadas que se articulan en un mazeway(subjetivo). Estos conceptos que presentamos se re- El olvido y el distanciamiento entre conceptuación y fieren a terminologías propuestas por Durkheim, Fro- realidad son en consecuencia las dos características benius, Graebner, Redfield, Benedict, Opler, Bateson, que voy a tratar de analizar. El reconocimiento de estas Hallowell, Linton, Goudenough y Wallace, quienes características se dio en mi caso en los primeros años acuñaron estos conceptos no sólo para describir sino de la década de los setenta, al desarrollar una serie de para interpretar la cultura, pero todos ellos remiten seminarios y cursos sobre la trayectoria de la antro- casi exclusivamente a un orden simbólico que se- pología social y la etnología entre 1920 y 1960, y al rea- cundariza o directamente excluye las dimensiones lizar mis tres primeros trabajos más o menos serios de Pero estos sesgos no sólo los observé para este Así, respecto de uno de los conceptos básicos que concepto, sino también para otros que se referían al manejamos los antropólogos —el de cultura— pude cambio social, a la estructura social o a la comuni- observar lo obvio, es decir no sólo la cantidad de defi- dad dentro de la producción antropológica, o a la clase niciones de cultura que no se diferenciaban demasiado social o a la práctica en la tradición marxista dentro y una de otra, sino la notable cantidad de conceptos ho- lísticos que pretendían comprender o analizar la reali- Y justamente mi descubrimiento real, el asumir en dad como totalidad articulada. Pero la mayoría de estas toda su significación estos “hallazgos”, es decir el in- definiciones, sobre todo en su aplicación, no eran ho- cluirlos en mi marco referencial se dio primero entre lísticas. Los trabajos etnográficos, como es obvio, se 1972 y 1973 respecto del concepto de clase social, en centraban en determinados aspectos de la realidad, especial las variedades manejadas por los diferentes donde la totalidad era un referente imaginario y/o su- estructuralismos marxistas, y a fines de 1970 con el perficial. La búsqueda de globalización conducía a concepto de habitus propuesto por Bourdieu.
presentar una parte de información comunitaria o ét- En el caso del concepto de clase social, que como re- nica que, salvo determinados aspectos —los que real- cordamos incluía como central la dimensión de las mente le interesaban al investigador—, era inevita- relaciones de clase, en parte entendidas como lucha blemente superficial y de muy escasa utilidad. Además, de clases, descubrí que la mayoría de la investigación como lo he señalado ya en varios trabajos, determina- académica realmente no contenía la descripción de las dos campos de la realidad no eran casi nunca descritos relaciones de clase, que lo dominante eran las des- y analizados, como los relativos a la mortalidad, el cripciones posicionales pero no relacionales. O mejor sufrimiento o la eficacia real de las terapéuticas (Me- dicho, que lo relacional era remitido a relaciones que no posibilitaban observar ni interpretar las clases en tér- Pero además, y eso es lo decisivo, la mayoría de las minos de sus dinámicas sociales y aún menos culturales.
definiciones de cultura se produjeron a partir de en- Lo que preocupaba era saber cuáles y cuantas eran tender la realidad como sistema de representaciones.
las clases sociales, las características de las mismas, Así, los antropólogos descubrieron que todo grupo a través de una serie de indicadores básicamente eco- construye concepciones del mundo (world view o wel- nómico-políticos con un escaso o ningún uso de indi- tansshaung), que cada grupo desarrolla determinados cadores ideológicos y culturales, así como la posición focos o temas culturales, que hay una relación casi de de las clases en un esquema generalmente topológico.
identidad entre ethos y eidos, que los hábitos culturales Pero en las descripciones y en los análisis no apa- se ritualizan y expresan sistemas de creencias. Cada recían las relaciones de clase. Éstas se daban por grupo étnico, cada ciclo de cultura o cada configuración supuestas, pero no eran descritas ni analizadas. Es cultural desarrollarían un paideuma diferenciado y decir, cuando aparecían, lo hacían en términos de pensado como experiencia más o menos única. Los marco teórico o de reflexión, pero no de producción conjuntos sociales se caracterizan por la producción de información. Inclusive cuando en las décadas de de esquemas culturales, patrones culturales o represen- los cincuenta y los sesenta algunos autores latinoa- taciones colectivas que operan como mapas u orienta- mericanos incorporan los conceptos de hegemonía- Todas estas investigaciones se realizaron en Argentina; la primera fue sobre migración italiana y española a una comunidadde la provincia de Entre Ríos, la segunda fue sobre el nivel de vida de la población rural de la provincia de Misiones y latercera sobre salud ocupacional en tres sectores productivos (mineros, ceramistas y operadores de camiones). De todasestas investigaciones sólo fue publicada la segunda, ver Menéndez e Izurieta (dirs.), 1971.
subalternidad a partir de Gramsci, lo que domina relacionales— durante las décadas de los cincuenta, es la exposición y la reflexión sobre estos conceptos, los sesenta y principios de los setenta. Y esto contras- pero no su aplicación a la descripción y el análisis taba con la existencia de una producción sociológica de las relaciones de clase en términos de hegemonía- y en menor medida antropológica “funcionalista” de subalternidad (ver Menéndez, 1980).
descripción del trabajo obrero en fábrica, que produ- No negamos la existencia de algunos escasos tra- ce entre los cuarenta y los sesenta algunos de los más bajos que utilizaron analíticamente una concepción importantes descubrimientos sobre la lógica (racio- relacional, pero lo dominante fue una aplicación po- nalidad) del trabajo obrero, sobre las características sicional. Lo relacional solía ser una invocación, general- de su imaginario durante el proceso productivo o mente ideológica. Esta producción contrastaba con sobre el desarrollo de estrategias de recuperación del un marco teórico que proponía la existencia de varios trabajo como “su” trabajo, dentro del proceso fabril.4 tipos de relaciones en términos de clases sociales. Se El marxismo académico —salvo raras excepciones— 5 proponían relaciones de producción, de explotación, no produjo nada similar, pese a que este tipo de etno- de dominación, de manipulación y hasta relaciones de grafía podía no sólo favorecer sus interpretaciones sino reorientar su mirada en términos académicos y Una parte de estas relaciones eran analizadas, pero políticos. Es importante recuperar que mientras algu- con un alto nivel de abstracción y sin describir las re- nas corrientes teóricas, en especial de origen nortea- laciones que operaban en la cotidianeidad de los ac- mericano,6 no sólo describían las prácticas de los tores sociales a través de los cuales se ejercían dichas trabajadores sino que aplicaban criterios de descrip- relaciones. La mayoría de los trabajos asumía estas ción y análisis relacional, las corrientes dominantes relaciones como dadas y colocando el eje descriptivo marxistas y no marxistas que proponían un núcleo en las posiciones y no en las relaciones. Más aún teórico fuerte de totalidad relacional no aplicaban esto dominaba una manera unilateral de reflexionar, donde a su etnografía ni a su análisis en términos de los ac- el eje estaba colocado en los que explotan, en los que tores funcionando en las instancias concretas de su dominan o en los dominados-explotados, pero sin des- vida cotidiana. Esto es sobre todo observable en los es- cribir las relaciones que operan entre los mismos en los ámbitos de la cotidianeidad de la dominación- Respecto de lo propuesto, puede objetarse que lo explotación, entendiendo por esto último los ámbitos que estoy señalando no sería demasiado significativo, en los que se expresan directamente dichas relacio- dada la crisis académica y política actual del concep- nes y que pueden ser la fábrica, los espacios de adqui- to de clase social y dada la crisis explicativa y el des- sición y consumo de “bienes culturales”, aquellos en crédito teórico de las diferentes variedades de estructu- los que se dan las diferentes formas de violencia a nivel ralismo, incluidos los estructuralismos marxistas.
de relaciones familiares o de la relación médico-paciente, En relación con esta posible objeción hago por o los ámbitos donde se toman las decisiones políticas ahora tres señalamientos. La tendencia a lo posicional que afectan, por ejemplo, las condiciones de nutrición con escaso o ningún peso de lo relacional no se dio y de desnutrición de la población.
solamente con el concepto de clase social, ni es un pro- Esta carencia de descripciones y análisis de las re- blema del pasado. Esto ocurre en la actualidad con laciones de clase dentro del marxismo por lo menos algunos de los conceptos de mayor uso, o por lo menos académico, es correlativa de la carencia de investi- de mayor visibilidad, como pueden ser el de actor social gaciones sobre las prácticas de los trabajadores, y en especial sobre la descripción de los procesos laborales.
Esta tendencia no opera sólo en los estructuralistas La antropología y la sociología marxistas no describían marxistas sino también en los “estructuralistas” tipo los procesos laborales —y mucho menos en términos Foucault, en las corrientes fenomenológicas dominantes Considero que los trabajos de Roy son ejemplares al respecto. La mayoría de los más valiosos aportes sobre prácticaslaborales se hicieron por investigadores que —como Roy— trabajaban como obreros, es decir a través de la observaciónparticipante (Menéndez, 1990b).
En la década de los setenta y parte de los ochenta, un grupo de antropólogos mexicanos liderados por Novelo y Sariegoprodujeron excelentes investigaciones sobre las características del trabajo obrero.
Castoriadis reconoce esta situación paradójica en artículos publicados durante los cincuenta en la revista Socialisme ouBarbarie Mi descubrimiento de las omisiones y negaciones dentro del campo marxista debe ser correlacionado con el hecho de que,hasta entonces, lo que yo veía eran las omisiones y negaciones en el campo del culturalismo, la fenomenología o el estruc-turalismo.
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? por lo menos en antropología médica e incluso en toda milares entre 1920 y 1950; la posibilidad de diferenciar una serie de propuestas que afirman su antiestruc- el concepto propuesto por Bourdieu de los usados por turalismo, que usan conceptos como agente o sujeto Sapir, Linton o Kluckhohn es muy difícil, por lo menos pero que no describen la realidad en términos relacio- para mí. El desarrollo de este tipo de conceptos era nales, como ocurrió y sigue ocurriendo por ejemplo con necesario para autores que, como luego Bourdieu, se los que usan el concepto de estrategias de supervivencia.
preocupaban por la articulación entre actor y estruc- Por último, dada la propuesta que vengo desarro- tura (o cultura) y entre representaciones y prácticas; llando, se deduce que el concepto de clase social, como y esto era aún más significativo para las escuelas que tantos otros, si bien actualmente está no sólo en desu- se preocupaban por articular cultura y comportamiento, so sino estigmatizado, es casi seguro que dentro de como fue el caso de varias tendencias norteamericanas.
un tiempo será recuperado, y lo mismo sugiero respecto Esto puede observarse por ejemplo en el caso de de los estructuralismos. Esta interpretación no obedece Linton, quien define y utiliza etnográfica y teóricamente a ningún fatalismo cíclico, sino a la necesidad de uti- los conceptos de pauta ideal, pauta real y pauta cons- lizar conceptos y orientaciones teóricas que posibiliten truida, donde el elemento que lo diferencia del concepto la descripción e interpretación de determinados as- de habitus radica no en lo sustantivo de éste (articu- pectos y problemas de la realidad. Curiosamente, este lación representación y práctica//articulación cultura proceso se viene dando desde hace más de una década y comportamiento) sino en el manejo que Bourdieu dentro de la antropología social norteamericana, donde hace de la dimensión clase social, que Linton no in- las corrientes marxistas tienen una fuerte presencia, corpora. No obstante, para ambos autores las ar- especialmente en antropología médica.
ticulaciones se dan dentro de un sistema, y considero Este primer “descubrimiento” se reforzó con una que el sistema propuesto por Linton es más dinámico que segunda sorpresa ocurrida en los últimos años de la el de Bourdieu, en virtud del peso que Linton otorga década de los setenta, cuando comienza a cobrar vi- a las pautas construidas y al rol del sujeto. A mi juicio, sibilidad en algunos países de América Latina el con- lo que propone Bourdieu es una suerte de articula- cepto de habitus utilizado por Bourdieu (Bourdieu, ción teórica entre culturalismo antropológico norteame- 1979, 1980; Saint Martin, 1983). Mi sorpresa provino ricano y estructuralismo neodurkheimiano, donde lo de dos hechos: la notable difusión y uso de este con- más original está en los intentos de recuperación de cepto entre nosotros y la ignorancia (de una gran ma- determinados objetivos del culturalismo, como la re- yoría de quienes lo utilizaron) de la existencia previa del mismo concepto o de conceptos similares dentro de ¿Por qué un concepto que reitera viejos conceptos, las ciencias antropológicas y sociales.
algunos de los cuales fueron usados intensamente El concepto de habitus, tal como lo propone Bour- por diferentes tendencias teóricas, tiene tanto éxito dieu, fue utilizado no sólo con el mismo nombre sino entre nosotros, e inclusive para determinados secto- en forma similar por investigadores alemanes que po- res de antropólogos aparece como un concepto nuevo? demos ubicar dentro del comprensivismo y la fenome- ¿Por qué si en la trayectoria de las ciencias sociales y nología, como son Max Weber, Alexander Mitscherlich antropológicas existían conceptos similares o hasta o Norbert Elias; los tres emplean el concepto “habitus” idénticos, se generó el olvido, la negación e inclusive (Weber, 1964 [1922]), y lo aplican a problemas defini- la renegación de dichos conceptos?10 y, además, ¿para dos desde diferentes disciplinas como la sociología, la quiénes resultó nuevo y eficaz el concepto de habitus? psicología-psiquiatría y la historia respectivamente.
o, más específicamente, ¿quiénes y para qué lo utilizaron? Es en Elias donde observamos el uso más similar a la Si bien con otra significación, me interesa señalar forma que ulteriormente usará Bourdieu (Elías, 1982a, que me formulé interrogantes similares respecto del éxito de la obra de C. Geertz en América Latina a partir Pero, además, la sociología y la antropología nor- de mediados de los ochenta, en especial la que expone teamericanas produjeron una serie de conceptos si- sus planteamientos metodológicos interpretativos y Debe recordarse que tanto en Elias como en Mitscherlich (1971, 1973) este concepto está cargado de influencias psicoanalíti-cas. Por otra parte, debe señalarse que en trabajos relativamente recientes Bourdieu reconoce la importancia del trabajo deElias (Bourdieu y Wacquant, 1992). Para una excelente revisión de conjunto del trabajo de Bourdieu ver García Canclini, 1990.
Dentro del grupo liderado por Bourdieu esto se hace más evidente en Boltansky (1975, 1977), que es el especialista en elestudio de procesos de salud-enfermedad-atención. Subrayo que mi análisis no desconoce la importancia de las apor-taciones de Bourdieu.
En el caso de los conceptos desarrollados por Linton el olvido es muy interesante, ya que sus principales obras fuerontraducidas, publicadas y reeditadas en México desde muy tempranas fechas. Ver Linton 1942, 1945.
su análisis de la religión o de la ideología como siste- las corrientes que los cuestionaban, por lo cual obser- mas culturales, y su propuesta de etnografía densa.
vamos en una parte de estos nuevos antropólogos una Recordemos que el trabajo de mayor influencia suerte de recuperación acrítica, muy similar a la que inicial de Geertz (1987 [1973]) fue prologado y difundi- operó dentro de los defensores de los estructuralismos do por Eliseo Verón a principios de los setenta, y los que lo leyeron, discutieron y usaron en aquel entonces Por lo tanto, la recuperación de propuestas como no lo vieron como una propuesta demasiado diferen- las de Bourdieu o Geertz remiten a apropiaciones no te a otras que durante dicho periodo circulaban en sólo reactivas sino montadas sobre un proceso de con- América Latina. El texto fue articulado con facilidad a tinuidad-discontinuidad en el uso de conceptos. Pero, la discusión sobre cultura e ideología que se estaba además, puede haber otra explicación complementaria; dando desde los diferentes tipos de estructuralismo, el las propuestas de estos autores se refieren a “nuevos” marxismo gramsciano o las propuestas fenomenoló- problemas o a problemas que hasta entonces eran se- gicas a la Shutz expresadas sobre todo a través del cundarios o que directamente no eran asumidos por la antropología, y para los cuales estas aproximacio- Para la mayoría de los antropólogos que lo utilizaron nes constituirían apoyos instrumentales y teóricos.
en aquel momento, aparecía como un texto fácilmente En consecuencia, la recuperación de estos conceptos, identificable con la corriente de trabajos desarrolla- como si fueran “nuevos”, sería producto de una mo- dos a partir de Benedict, Kluckhohn o Bateson.
dificación en la problemática o en la tradición disci-plinaria.
Pero estas explicaciones, si bien pueden ser válidas, Éxito y memoria: algunas interpretaciones lo son sólo parcialmente. Considero que, además deellas, la producción de conceptos, la reinvención de los Estos procesos pueden ser explicados como reacciones mismos o los éxitos momentáneos obedecen a proce- respecto de un estructuralismo, en especial el mar- sos más generales, que por supuesto deben ser obser- xista, que centraba su interpretación en la dimensión vados a partir de condiciones específicas.
económico-política y secundarizaba o directamente Es en función de este presupuesto que hemos re- no tomaba en cuenta la dimensión ideológico-cultural visado el concepto de habitus. Pero no solamente por- que reitera conceptos similares más o menos negados El marxismo estructuralista y otras corrientes an- u olvidados, o por el notable éxito obtenido, sino porque tropológicas, basándose en elementos correctos, habían considero que este concepto —que propone una ar- cuestionado la producción antropológica norteameri- ticulación entre representaciones y prácticas expresa- cana por estar centrada exclusivamente en lo simbólico da a través de los comportamientos de los sujetos so- y por la fuerte tendencia a la psicologización de los ciales— evidencia otra de las tendencias fuertes en procesos, pero junto con esta crítica generó una se- nuestra disciplina. En la mayoría de los que usan este cundarización y negación de la dimensión cultural, concepto, por lo menos en América Latina, se observa casi redujo la cultura a ideología y contribuyó, con los una clara orientación hacia la descripción de repre- otros estructuralismos, a la desaparición del sujeto.
sentaciones y a la carencia de descripciones de las Recordemos que algunas de esas críticas fueron tam- prácticas, aun cuando se hable mucho de prácticas.
bién desarrolladas desde la antropología latinoame- El concepto de habitus suele ser usado como antes se empleaba el de creencias o costumbres, es decir en Una gran parte de estas críticas fueron formuladas términos de una representación cultural caracteriza- por antropólogos que conocían a los autores que cri- da por su consistencia y reiteración, y por supuesto su ticaban, como entre nosotros puede ser el caso de Red- modificación. Recordemos que lo mismo pasó con los field, de tanta influencia en la antropología mesoame- citados conceptos de Linton; entre nosotros lo que ricana. Pero las nuevas generaciones formadas sobre dominó fue la descripción y el análisis en término de todo a partir de los setenta, prácticamente desconocían patrones culturales “ideales”, pero no en términos a este tipo de autores; lo que aprehendieron fueron las de las prácticas, es decir de los patrones culturales críticas frecuentemente maniqueas de los mismos, y las asumieron. Desarrollaron una lectura ideológica Y esto me conduce a formular una conclusión y una tratando de encontrar casi exclusivamente rasgos propuesta. En el uso de conceptos, reiteradamente los funcionalistas adaptativos en sus propuestas. A su antropólogos —y también los otros científicos socia- vez, las generaciones más recientes desconocerán a les— solemos describir y analizar las representaciones dichos autores, pero se formarán dentro de la crisis de y secundarizar las prácticas aun cuando el concepto Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? —como es el caso de habitus o el de pauta construida- médica crítica, tratando de superar no sólo en la etno- real— formule explícitamente su articulación como grafía sino en las propuestas reflexivas las escisiones macro-micro o económico-político-orden simbólico (ver Este manejo del concepto no suele observarse tanto en particular los trabajos de Farmer, 1988 y 1992).
en la reflexión, exposición o propuesta metodológica, Pero esta posibilidad no reduce la significación de lo sino en la descripción y análisis etnográficos. De allí que planteamos como una tendencia constante del de- que en nuestro trabajo subrayemos la necesidad de sarrollo de la producción antropológica y según la cual observar los conceptos no tanto en su formulación ex- las disputas teóricas se llevan a cabo básicamente a clusivamente teórica sino sobre todo en su aplicación través de los escritos teóricos y no del análisis de los académica, práctico-técnica o práctico- política.
Más aún, hemos observado por ejemplo que la pro- Este es para mí un punto decisivo, que tiene una puesta de articulación de las representaciones y de las alta significación para entender el problema meto- prácticas queda casi siempre más clara en las pro- dológico que estamos analizando. El hecho de que la puestas desarrolladas teóricamente. Los que parecen articulación teoría-práctica —incluida la crítica— exponerlo con mayor claridad y precisión son sobre aparezca con mayor claridad formulada en los que todo los teóricos de la teoría; es decir, los que general- hacen teoría de la teoría que en las investigaciones mente reflexionan pero no hacen investigaciones ni etnográficas, desde nuestra perspectiva no nos dice intervenciones. Como ya lo indicamos, sin negar la tanto sobre los posibles defectos de estas últimas, sino significación de los aportes de autores como Habermas sobre las limitaciones epistemológicas de un análisis o Giddens, es importante señalar que la brillante ar- teórico pensado y realizado casi exclusivamente desde ticulación que estos y otros autores similares producen la teoría o, como decían los althuserianos, desde la no suele encontrarse en las investigaciones “empíricas”.
práctica teórica. El uso etnográfico de un concepto y Por lo tanto ¿cuál es el significado metodológico de estas su elaboración analítica es lo que evidencia no sólo sus obras, cuando en las mismas no encontramos el proce- posibles incongruencias, sino sobre todo su capacidad so de producción de conocimiento socioantropológico? estratégica para describir e interpretar la problemá- Una variante interesante de este proceso la podemos tica estudiada. Que el uso de diferentes formas argu- encontrar en los enfrentamientos críticos genera- mentativas pueda favorecer más la aceptación del uso dos entre escuelas, en los cuales priva un tipo de aná- de un concepto o su validez interpretativa no cuestiona lisis orientado no sólo hacia lo teórico-ideológico sino centrado en la obra teórica y no en la producción etno- Los procesos e interrogantes planteados no se re- gráfica. Un ejemplo reciente se expresa a través de la fieren a una sola tendencia teórico-metodológica ni a disputa entre la denominada antropología médica in- un periodo determinado, sino que incluyen al conjun- terpretativa (AMI) y la denominada antropología médica to de las escuelas antropológicas, que más allá de sus crítica (AMC), la cual está montada sobre la discusión diferencias coinciden en algunas perspectivas simila- ideológica de los artículos teóricos y no sobre la pro- res, que yo focalizo en el olvido y la negación.
ducción etnográfica de los autores. Esto se observa con Considero que algunos hechos desarrollados en los mayor claridad en los dos exponentes polares de esta últimos años posibilitan entender con mayor claridad discusión que son, por parte de la AMC, M. Singer (1989, lo que trato de exponer sobre el uso y desuso de con- 1990) y, por parte de la AMI, A. Gaines (1991, 1992).
ceptos en términos de desmemoria disciplinaria. Un Ambos discuten sobre las propuestas reflexivas y no hecho interesante al respecto es el de corrientes antro- sobre los trabajos de investigación. Si Gaines, por pológicas que recuperan el uso de determinados con- ejemplo, centrara su análisis en los trabajos etnográ- ceptos y concepciones no desde su propia disciplina ficos de la tendencia que cuestiona, tendría que retirar sino desde otras propuestas disciplinarias. Y esto en si la casi totalidad de las críticas que formula, dado que las no es criticable; por el contrario, constituye un hecho mismas no resisten la prueba de la confrontación et- frecuente y necesario. La cuestión radica en la signifi- nográfica. La mayoría de los antropólogos que Gaines cación de sus implicaciones metodológicas respecto critica teóricamente realizan en su producción etnográfi- de los problemas que estamos analizando.
ca la mayor parte de lo que él propone (ver los trabajos Desde la década de los setenta se desarrolló especial- de Baer, 1981, 1984; Morsy, 1978; Sheper-Hughes, mente en los países centrales una crítica creciente a la 1992; Singer y Borrero, 1984; Singer et al., 1992). Más idea de progreso, se generó un incremento constante aún, autores que se autoidentifican con la tendencia de propuestas relativistas respecto del conocimiento y interpretativa, de la cual es parte Gaines, cada vez se la “verdad” y se formuló toda una serie de conceptos articulan más con las propuestas de la antropología referidos al sujeto, incluido el de sujeto descentrado.
A una parte de estas propuestas se les calificó como generó una resignificación de los conceptos apropiados, “posmodernistas”. Sin embargo, estas propuestas en función de su propia tradición metodológica. Algo no sólo no eran recientes, sino que varias de ellas se similar ocurrió y está ocurriendo con la apropiación caracterizaban por reaparecer recurrentemente dentro culturalista de Gramsci en los Estados Unidos y en del pensamiento contemporáneo desde fines del siglo XIX, como ocurre con la crítica a la idea de progreso.
Lo concluido no niega, por supuesto, que la discu- Pero además dicha crítica era parte del equipamiento sión sobre la subjetividad, la recuperación del relati- básico de los antropólogos. La crítica y la defensa del vismo o la crítica a la idea de progreso correspondan evolucionismo sociocultural constituyen parte central a problemáticas actuales. No, lo que nosotros propo- de las discusiones ideológico-teóricas dentro de la an- nemos es referir el uso de dichos conceptos al proceso tropología, y en función de ello se dio todo un juego de de continuidad-discontinuidad que simultáneamente posiciones, algunas de las cuales constituyeron tem- expresa su relación con las problemáticas actuales, pranas y radicales críticas a la idea de progreso.
así como con los procesos de olvido o negación.
Por otra parte, el relativismo cultural fue la inter- De lo analizado hasta ahora se deduce que existe pretación dominante no sólo dentro del culturalismo una continua producción de conceptos similares y fre- antropológico, sino dentro de la mayoría de las escue- cuentemente intercambiables, que la mayoría de los las europeas, estadounidenses y del mundo periférico.
nuevos conceptos suelen ser propuestos y desarrolla- Su desarrollo como propuesta teórico-metodológica dos desconociendo los anteriores e inclusive los coe- dentro de nuestra disciplina debe ser relacionada con táneos, pese a observarse similares características y la fuerte tendencia al perspectivismo metodológico que, en consecuencia, los nuevos conceptos suelen ser impulsada desde principios del siglo XX dentro del usados en forma ahistórica. Inclusive muchos de los autores que manejan las categorías de deconstrucción Por último, la concepción del sujeto como descen- o construcción social aplican esta orientación respec- trado —por supuesto que con otra terminología— es to de los conceptos de otras corrientes, pero no suelen parte de las tendencias teóricas desarrolladas dentro referirla a los conceptos centrales de su propia meto- de las ciencias antropológicas y sociales, en particu- dología. Así por ejemplo, los teóricos franceses del su- lar desde la década de los cuarenta. La propuesta de jeto descentrado parecen ignorar los antecedentes un actor caracterizado por una subjetividad no sólo des- funcionalistas e interaccionistas simbólicos de la des- centrada sino disociada, intercambiable, provisional, negociable, etcétera, es característica de una serie de En esta exposición he propuesto algunas interpre- autores entre los que sobresale Goffman.
taciones que se refieren a la vigencia de un proceso de Sin embargo, una parte de las “nuevas” propuestas deshistorización de la teoría, al redescubrimiento con- sobre el sujeto fueron recuperadas por antropólogos tinuo de lo ya sabido por “otros”, a una necesidad y otros científicos sociales, y no sólo de América Lati- constante de diferenciación inclusive dentro de la si- na sino en especial de los Estados Unidos, a través de la militud. Pero subrayamos que estas interpretaciones obra de autores como Foucault, Deleuze o Derrida, los no son las únicas ni tal vez las más relevantes.
cuales tuvieron un espectacular éxito en determina-dos sectores de la antropología norteamericana y de al-gunos países de América Latina, especialmente Brasil.
Erosiones, devaluaciones y resurgimientos Pero este éxito supone dos hechos interesantes: prime-ro, observar que la recuperación de estas propuestas Al inicio de este trabajo señalamos que nuestro objetivo se dio a través de otras disciplinas, en especial la filo- se centraba en el proceso de desgaste, apropiación y sofía (Bibeau, 1986-87) y, segundo, la negación o el olvido de conceptos. Este proceso no sólo puede gene- olvido de que una parte sustantiva de lo que estos rar la modificación de los significados originales sino científicos sociales asumían era en gran medida parte también la declinación abrupta del valor de un concep- del equipamiento teórico-metodológico de su propia dis- to e inclusive la creación de una fuerte estigmatización hacia los mismos. En la mayoría del ámbito académico No cabe duda —por lo menos para mí—, de que latinoamericano se dejó casi de usar el concepto de parte del éxito de los “nuevos” conceptos y perspectivas clase social a partir de fines de los setenta. Algunos re- se debió justamente a que los mismos se articulaban tomaron el más genérico de estratificación social, pero congruentemente con las formas de pensar tradicio- la categoría de clase social, y aún más las de proleta- nales de la antropología cultural norteamericana. Por riado y burguesía, entraron en desuso durante los supuesto que ello supone asumir que esta antropología ochenta. Esta declinación ya se había dado previamente Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? en Europa y en los Estados Unidos. Además, los que Esta omisión, consciente o no, es muy frecuente, de lo siguieron usando lo hicieron en forma muy semejante tal manera que los conceptos centrales de un autor a la utilizada en los sesenta y los setenta, lo cual con- son apropiados eliminando algunas de sus caracterís- tribuyó a favorecer la estigmatización de este concepto.
ticas o fundamentaciones básicas. Como ya se indicó, Por otra parte, conceptos como colonialismo e im- este trabajo de apropiación ha ocurrido por ejemplo perialismo prácticamente ya no se utilizan. Algunos con la obra de Gramsci, cuyos conceptos centrales encubren parte de su antiguo significado a través del no pueden ser realmente entendidos si no se vinculan concepto de globalización. Pero en otros periodos esta con las situaciones y relaciones de clase. Sin embargo, estigmatización —porque de lo que se trata es de estig- esta eliminación se ha hecho identificando sus pro- matización— fue referida a otros conceptos. Así, en puestas con las de una antropología cultural que ig- gran parte de América Latina, sobre todo durante los nora los procesos clasistas (ver Menéndez, 1980).
cincuenta y los sesenta, los conceptos de rol, de fun- Este proceso de eliminación de determinados as- ción o de percepción social, si bien fueron criticados pectos sustantivos de los conceptos adquiere también teóricamente, fueron sobre todo negados o estigmati- otras características. Considero que esto puede obser- zados por la mayoría de la producción marxista y para- varse especialmente a través del concepto de repre- sentación social o de representaciones colectivas. Este Actualmente la crítica al estructuralismo ha con- concepto es interesante, además, porque luego de su ducido a algunas tendencias a evitar la utilización del intenso uso inicial se eclipsó durante varias décadas término e inclusive a evitar nombrarlo. Respecto de para volver a reaparecer. Este concepto acuñado por los diferentes conceptos enumerados, junto al distan- Durkheim a fines del siglo XIX, y utilizado con este ciamiento crítico opera una suerte de evitación, que va nombre, con el de esquema cultural (antropología cul- mucho más allá de la crítica metodológica. Se produce tural norteamericana)11 o con el de mentalidad (escuela una evitación social, que trata de evadir identificacio- de los Anales), desapareció durante décadas y comenzó nes teórico ideológicas consideradas negativas por los a ser recuperado en los cincuenta y sobre todo en los sujetos, en este caso antropólogos.
sesenta en la producción francesa. En América Lati- Esta actitud evitativa puede operar eliminando o no na su recuperación se dio durante los ochenta.
nombrando prácticamente nunca a determinados au- Pero este concepto de representación corresponde tores o corrientes teóricas. Una variante es la de ana- a propuestas de tipo estructuralista que, al menos, se- lizar o utilizar los conceptos básicos de un autor elimi- cundarizan el papel del actor social. Remite a interpre- nando algunas de sus concepciones teóricas centrales, taciones que asumen la existencia de un saber orga- lo cual impide apropiarse del verdadero sentido de sus nizado desde el punto de vista de los actores. No es conceptos. Como ejemplo tenemos el caso de V. Turner, casual que autores como Foucault conviertan el con- cuya influencia ha sido relevante en América Latina; cepto de saber en uno de sus conceptos centrales, que la mayoría de los que utilizan su teoría del ritual no aun cuando incluya la dimensión del poder-micropoder hacen casi nunca referencias a la influencia de la niega el papel del sujeto en la producción-reproducción teoría psicoanalítica en la formulación de varios de los conceptos centrales de este autor como son con- Sin embargo, este concepto ha sido utilizado cada densación y unificación. Si bien Turner mismo no des- vez más por autores que critican las propuestas es- taca demasiado la influencia de Freud y refiere sus tructuralistas, sin reparar en que el mismo está satu- conceptos a Sapir, todos sabemos que este autor fue rado de estas concepciones estructurantes. Respecto uno de los primeros antropólogos en hacer un uso in- de esto puede aducirse que la cuestión no radica tensivo de la teoría psicoanalítica, así como en difun- tanto en el nombre —lo cual es correcto— sino en el dirla. Un hecho interesante es observar que varios de uso dado al concepto. Lo interesante es que más allá los antropólogos latinoamericanos que utilizan la teo- de la apelación a lo antiestructurante una parte signi- ría del ritual de Turner cuestionan o se distancian de ficativa de estos trabajos siguen colocando el eje de la teoría psicoanalítica (ver Turner, 1980, 1985, 1988; sus interpretaciones en la estructura, nada más que la denominan identidad, grupo étnico o actor social.
Según Zingg “Los antropólogos culturales norteamericanos utilizan el término esquema cultural para referirse al mismomaterial de datos sociales que los sociólogos franceses denominan representaciones colectivas. El término representaciónes un sinónimo tan exacto de la palabra esquema, que las denominaciones esquema cultural y representación colectivason equivalentes y se les usa indistintamente en todo este trabajo” (1982, vol. 1: 96 ). La influencia de Durkheim fue muy sig-nificativa en la antropología norteamericana de los años veinte y treinta.
Un paso más en este proceso de resignificación se Cuando tratamos de discriminar qué se entiende está dando a través del creciente uso del concepto ex- por descripción densa, generalmente nos dan como periencia, el cual se organiza a través de muy diferentes ejemplo la de “pelea de gallos”, por supuesto que no en propuestas teóricas (ver Conrad, 1987; Fitzpatrick et México, pero generalmente no conseguimos obtener al., 1990; Kleinman, 1988), pero que justamente trata una propuesta metodológica a través de la cual se fun- de colocar el núcleo de su interés no sólo en el sujeto damente y se diferencie este tipo de etnografía respec- sino en la vida del mismo o de su grupo. Una parte sus- to de la que hacían Redfield, Lewis, Pozas o Bonfil para tantiva de los trabajos que están utilizando este con- México. Pero éste es un problema que no vamos a dis- cepto, por lo menos dentro del estudio del proceso cutir en este trabajo,12 aunque sí nos detendremos en salud-enfermedad-atención, realmente no se refiere a la denominada descripción fenomenológica.
la experiencia sino al saber. La impronta estructu- El hecho más relevante para nosotros es que cuando ralista o culturalista se impone más allá del empleo del interrogamos sobre las características de las descrip- ciones fenomenológicas, por lo menos una parte de los Una vez más el manejo de los conceptos genera di- investigadores que entre nosotros dicen hacer este versas interrogantes. ¿Por qué el uso de un concepto tipo de descripciones, las identifican con la descripción como “palabra” más que como término específico re- etnográfica tradicional, aunque en determinados casos ferido al problema a investigar? ¿Qué funciones cum- relacionada con objetos y problemas comparativamen- ple este proceso de apropiación terminológica? ¿Acaso te nuevos. Pero ocurre que utilizar la descripción feno- tiene que ver con las modas, con distanciarse de con- menológica supone una determinada aproximación ceptos estigmatizados, con posibilidades de financia- técnico-metodológica que sin embargo la mayoría pa- reciera desconocer o no asumir. Más aún, algunos in- Este proceso puede ser relacionado con otro que se vestigadores pueden llegar inclusive a manejar un ha dado frecuentemente, pero que halla en los últimos cierto aparato teórico sobre fenomenología, incluida años una interesante expresión en una parte de la an- la descripción fenomenológica, que a la hora de la des- tropología latinoamericana. Como sabemos, estudiar cripción y el análisis aparece convertidos en etnografía la realidad como significado ha sido una de las carac- terísticas distintivas de las ciencias sociales y antro- ¿Qué es lo que ha ocurrido para que a una parte de pológicas desde la década de los setenta hasta la ac- le descripción etnográfica se la denomine descrip- tualidad. Los fenomenólogos, los construccionistas, ción fenomenológica, cuando además en la práctica los psicoanalíticos, etcétera, tratan de convertir toda no se realiza este tipo de descripciones? Es posible que realidad en realidad con significación y sentido. Como este deslizamiento se haya realizado a partir de que la señala más o menos humorísticamente Morris, el sig- descripción fenomenológica se identifica con el estu- nificado ha sido uno de los grandes “negocios” meto- dio de significados y, dado que éste ha pasado a primer dológicos que han impulsado nuestras ciencias socia- plano, se apela a dicha denominación más allá de que les para evidenciar su significación y por supuesto la necesidad de comprar sus servicios. Pero, como con- Estos estudios sobre significado, que dicen utilizar cluye críticamente este autor, se ha desarrollado tal o buscar realizar una descripción fenomenológica o cantidad de propuestas sobre significado que ya nadie por lo menos densa, se caracterizan por estudiar pro- sabe muy bien qué es significado (Morris, 1993).
blemas que suponen la producción de información no Como sabemos, una parte del impulso a los estu- sólo estratégica sino frecuentemente difícil de obtener.
dios de significado procede de las diferentes tendencias Una parte de los estudios de significado se refiere a las fenomenológicas. En los últimos años, y en función de representaciones y prácticas religiosas, a la sexualidad la discusión sobre la importancia de la etnografía, femenina, a problemas de poder-micropoder dentro sobre la necesidad de producir una “descripción densa”, del ámbito local, a las formas curativas “tradicionales” investigadores procedentes de la antropología y de otras o al “banco de sueños”. Expresamente se señala la ne- ciencias sociales nos proponen cada vez más que cesidad de producir información calificada a partir de están realizando no sólo descripciones densas sino las voces de los propios actores. El manejo del lengua- descripciones fenomenológicas de la salud reproduc- je de los actores estudiados adquiere en consecuencia tiva femenina, de los sueños o del dolor.
una importancia decisiva para producir información Según Gledhill, el trabajo antropológico se caracteriza más que por realizar etnografías profundas porque el antropólogoreside en el lugar que estudia y se gana la confianza de la población. En este sentido, los datos que produce “.no hubieranpodido obtenerse de ninguna otra manera” (1993: 21).
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? estratégica y analizarla, así como en determinados dos años, siendo con frecuencia mucho más breve, podía casos para intervenir sobre la realidad.
usar con eficiencia los lenguajes nativos sin dominarlos.
Este tipo de orientación suele aplicarse al estudio En un significativo artículo de 1939, M. Mead arguyó que de grupos étnicos, es decir de actores que con frecuencia el etnógrafo que siguiera la prescripción malinovskiana hablan su propia lengua, y que generalmente tienen de evitar intérpretes y condujera su investigación en lengua un uso reducido de la lengua española. Más aún, res- vernácula no necesitaba alcanzar el “virtuosismo” en las pecto de determinados ámbitos de la realidad, como lenguas nativas, sino que podía “usar” la lengua local para pueden ser la religión, los padecimientos o la salud realizar preguntas, mantener el rapport y arreglárselas reproductiva, el uso de la lengua nativa es determinante con la cultura general, obteniendo buenos resultados en sobre todo si se busca estudiar significados. Sin em- áreas de concentración particulares. Su actitud hacia el bargo, la mayoría de los antropólogos —y por supues- “uso” del lenguaje era ampliamente característica de una to otros científicos sociales— que estudian algunas de generación de etnógrafos. (Clifford, 1995: 48-49).
las problemáticas señaladas no manejan realmente lalengua del grupo con el cual trabajan. Las entrevis- Como recuerda Clifford, un comprensivista como tas las realizan en español o a través de informantes Lowie cuestionó ya en 1940 la validez de este enfoque, y señaló le necesidad de manejar la lengua nativa, ya Esta forma de trabajo no es congruente con el marco que “.nadie prestaría crédito a una traducción de teórico-metodológico utilizado, pero ha sido la mane- Proust que estuviera basada en un conocimiento equi- ra tradicional en que gran parte de los antropólogos valente del francés” (citado por Clifford, 1995: 49).
han realizado sus etnografías. Pero existe una pequeña Para Lowie no era correcto en términos metodológicos diferencia, nuestros viejos colegas no pretendían es- estudiar antropológicamente un grupo sin conocer a tudiar problemas donde el significado y el sentido fondo su lenguaje, máxime cuando se estudian pro- fueran lo central, y menos desde una perspectiva fe- blemas como religión, parentesco o clases de edades.
nomenológica o densa, como ocurre con el tipo de in- La propuesta de Lowie era obvia en términos me- vestigación que estoy analizando. Más aún, dichos co- todológicos, y sin embargo durante bastante tiempo legas no apelaban al punto de vista del actor, por lo dominó la concepción malinovskiana. Pero esta opción menos como estrategia metodológica.
es difícil de fundamentar en términos metodológicos, Ahora bien, ¿cómo hacen estos nuevos antropólo- no así en razones prácticas del tipo “si no lo hago yo y gos para estudiar el significado en términos fenome- así, ¿quién lo hace?”, sobre todo cuando las culturas nológicos si realmente no manejan la palabra del están desapareciendo o transformándose. Además, exis- actor? ¿Cómo justifican metodológicamente esta mane- tirían razones de tipo ideológico, tal como se desliza en ra de trabajar, si la forma de producir información es el análisis de Clifford; pretender estudiar problemas parte decisiva de la calidad del dato obtenido para poder de alta complejidad donde el lenguaje es decisivo sin interpretar con validez las significaciones? manejar dicho lenguaje, supone una concepción subal- Lo narrado cubre varios de los aspectos plantea- ternizante o directamente cosificadora del sujeto (ob- dos. Por una parte observamos la contradicción o por lo menos el distanciamiento entre la propuesta teórico- El mantenimiento actual de una actitud similar a la metodológica y lo que realmente se hace. Pero además organizada en la década de los veinte entre investiga- observamos continuidad con una manera de trabajar dores que dicen que van a estudiar significados, pero del antropólogo, que habiendo sido cuestionada rei- cuya estadía real ya no es de uno o dos años sino de teradamente persiste hasta la actualidad. Como sa- dos a cuatro meses, nos remite a una discrepancia bemos, gran parte de la legitimación de esta forma de profunda entre la formulación de objetivos y conceptos trabajo, que pone entre paréntesis la significación del manejo del lenguaje, se basa realmente en la Por otra parte, este proceso de desgaste y resigni- importancia-mitificación de la denominada observa- ficación ha sido reforzado por la apropiación de los conceptos y técnicas de trabajo antropológico por Según Clifford, alrededor de 1930 ya se había orga- otras disciplinas, que tanto en función de su propia nizado la concepción del quehacer antropológico cen- orientación como de varios estímulos actuales tienden trado en el trabajo de campo, que incluía una deter- a reducir cada vez más la preocupación por la produc- minada manera de aplicar el uso de la lengua: ción de la información y por el cuidado de la misma. Lodramático de esta actuación para nosotros radica en .existía un acuerdo tácito de que el etnógrafo de nuevo que se está desarrollando un tipo de producción de estilo, cuya permanencia en el campo rara vez excedía los información dizque antropológica donde todo se de- posita en el análisis o en la narración, al margen de la zar críticamente la realidad, cuestionarla, modificar calidad, la profundidad y la capacidad estratégica de los habitus que refuerzan el estado dominante, así como determinados aspectos del saber popular y de Un problema que afecta el uso de conceptos es la las relaciones sociales de hegemonía-subalternidad.
difusión de los mismos tanto en los conjuntos sociales Los que lo impulsaron criticaron la educación como en general como en los diferentes grupos académicos información, la educación como reducida a las repre- y profesionales. La difusión constituye un proceso no sentaciones. Esto fue muy notorio en el trabajo de las sólo “normal” sino frecuente, y el mismo también con- organizaciones no gubernamentales (ONG) que actuaban tribuye a la erosión y resignificación de los concep- en diferentes campos de la educación popular, y en es- tos. Debo subrayar que cuando hablamos de difusión pecial en el campo de la salud-enfermedad-atención.
de conceptos en los conjuntos sociales no pensamos Pero durante el proceso de aplicación de este concepto únicamente en la difusión de las concepciones marxis- una parte de las ONG y del aparato médico sanitario uti- tas, psicoanalíticas o evolucionistas, respecto de todas lizaron crecientemente en su práctica el término con- las cuales tenemos expresión en diferentes sectores cientización como equivalente de informar y de educar, manejándolo como saber individual y no como saber Conceptos como clase social, inconsciente o dege- neración son términos utilizados con cierta frecuen- El impulso a los programas de atención primaria cia por diferentes grupos sociales, incluidos algunos favoreció esta orientación. Las pláticas de concienti- estratos subalternos,13 pero también lo son los de con- zación se convirtieron en uno de los principales instru- cientización, participación o desocupación. Si bien este mentos. Hablar con la gente, platicar con ella durante proceso se da en los diferentes grupos, nos detendre- dos, tres o quince minutos y una o dos veces se con- mos en especial en la apropiación generada a partir de virtió en equivalente de concientizar para muchas algunas disciplinas sobre todo de orientación práctica.
actividades en salud. De tal manera que actualmente A partir de nuestra investigación sobre proceso de el concepto de concientización aparece utilizado e iden- alcoholización hemos realizado análisis del desarrollo tificado con los conceptos y prácticas que inicialmente de los conceptos estilo de vida, participación social o cuestionó (Menéndez y Di Pardo, 1996).
concientización por parte de las ciencias sociales y an- Este proceso no niega que algunas ONG siguieran tropológicas, pero relacionándolos con el proceso de aplicando el término en el sentido original, pero la ten- apropiación de los mismos por la medicina y la psico- dencia dominante hoy en día es muy parecida a la de logía clínica y comunitaria (Menéndez, 1990a, 1990b, educación como información; y la práctica está ge- 1995 y 1998; Menéndez y Di Pardo, 1996).
neralmente referida a la solución de un problema en Así por ejemplo, el concepto de concientización, términos circunscritos escindido del análisis de la que tuvo desde sus inicios una intencionalidad prác- tico crítica, a medida que se fue aplicando se fue con- Lo mismo ha ocurrido con los conceptos estilo de virtiendo en un concepto equivalente a educación e vida, participación social (ver Ugalde, 1985) o coping,14 información, cuando en un principio había sido acu- y este proceso continuará más allá de las voluntades ñado en gran medida para cuestionar el uso de estos metodológicas de controlarlo, lo cual supone la nece- dos conceptos. A partir de la obra de autores como P.
sidad de una constante actitud de vigilancia epis- Freire, el concepto de concientización se identificó con temológica, como diría Bourdieu, pero no para con- el concepto de educación popular, que pretendía lograr servar la originalidad del concepto, sino para observar varios objetivos en forma simultánea. Concientizar las derivaciones paradojales y hasta contradictorias suponía buscar las causas reales de la situación que desarrolladas en la práctica. Y sobre todo para seguir viven los conjuntos sociales, pensar en alternativas de utilizando el concepto a partir de las perspectivas modificación surgidas de la propia situación, llevar- antropológicas, en la medida que evidencian una ca- las a la práctica a través de los medios que manejan los pacidad de proponer interpretaciones e información conjuntos sociales y articular la forma de reflexionar estratégicas diferentes. Lo que sí hay que asumir es y actuar. En consecuencia, concientizar significó anali- que dado el proceso de aplicación de los conceptos En el trabajo sobre Yucatán, así como en trabajos realizados en pequeñas comunidades de varias partes de México pudimosverificar el uso y mantenimiento de conceptos como “debilidad congénita” o directamente “debilidad”, así como en los tra-bajos sobre el proceso de alcoholización pudimos verificar el mantenimiento de conceptos referidos a “degeneración”.
Este concepto acuñado en los setenta, y que frecuentemente se traduce como “enfrentamiento”, originalmente se refierea los recursos individuales y colectivos de todo tipo que tiene un actor para enfrentar y resolver un problema determinado.
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? éstos pueden, aun conservando el mismo nombre, ser utilizamos conceptos que podemos denominar como usados ahora con significados no sólo diferentes, sino ideológicos, y esto más allá de nuestros intentos me- todológicos de precisarlos teóricamente. Así, los con- El análisis del concepto participación social y de ceptos de revolución, salud, autogestión o tradicional otros conceptos y acciones vinculados al mismo, evi- tienen un contenido ideológico que implica la existen- dencia no sólo la permanente producción de conceptos cia dentro de los mismos de imaginarios referidos a lo similares como promoción, animación social o desa- posible. Actualmente, algunos de estos conceptos rrollo comunitario, sino un hecho que también se rei- tampoco son muy utilizados, o lo son entrecomillados, tera. Pese a que los análisis de las aplicaciones de las pero ello no implica su desaparición ni los invalida actividades de participación social en diferentes cam- como conceptos. La posibilidad de su manejo no de- pos como la educación o la salud han demostrado la biera remitir a un acuerdo compartido en las defini- escasa o nula eficacia de estas participaciones para ciones sino a la necesidad de que cada uno de los que obtener los objetivos propuestos en función de la orien- los usan hagan explícito con especificidad y precisión tación dada a la participación social, periódicamente qué se quiere decir con dicho concepto, sin por ello algunos de estos conceptos desaparecen para luego buscar compartir las opciones implícitas en las defi- de un tiempo reaparecer y ser utilizados en forma si- niciones, dado que los objetivos de estos conceptos milar a la que fue cuestionada a partir de descripciones operan en el imaginario social y político, y por supuesto El brillante análisis de Ugalde (1985) respecto de la aplicación de la participación social y la educaciónen salud para América Latina entre las décadas de los cincuenta y los setenta, permite observar este proceso,que se continúa hasta la actualidad (Menéndez, 1995; En el desarrollo de este trabajo hemos propuesto una serie de interpretaciones de muy diferente tipo respec- Esta recuperación no opera por otra parte sólo a to del uso y desuso de conceptos en antropología social través de las ONG, del sector educativo o del sector y, en particular, respecto de los procesos de olvido y salud, sino que es impulsado sobre todo por las orga- distanciamiento. Dichas interpretaciones pueden nizaciones internacionales de tipo Banco Mundial o organizarse en una serie de apartados que remiten las UNICEF, y también por una parte del mundo académico.
explicaciones del olvido al propio proceso de construc- ¿Qué proceso de olvido, negación o desconocimien- ción del conocimiento antropológico, a las condicio- to opera para favorecer la fundamentación teórica y la nes institucionales donde se desarrolla la producción aplicación de conceptos que reiteradamente evidencia- científica, al narcisismo profesional e individual ar- ticulado con el notable impulso dado al “espectáculo” Respecto de este último proceso podemos encontrar científico, al desarrollo de determinadas características explicaciones en algunas de las propuestas anterio- sociales e ideológicas que operan simultáneamente en res, pero aparecen otras que refuerzan la necesidad de la vida cotidiana y en la producción institucional de olvidar o desconocer. Una de singular importancia es saberes académicos, a la significación del uso técnico la existencia de financiamientos para desarrollar éstas y aplicado del conocimiento, al proceso de apropiación y no otro tipo de actividades. Esto ha sido muy claro de conceptos antropológicos por otras disciplinas, a en el tipo de participación social y en el tipo de forma- la necesidad funcional del olvido —generalmente de ción de promotores impulsados por los programas de ciertos olvidos— para poder reinventar conceptos y atención primaria con financiamiento internacional.
formas de vida, a la propuesta teórica o directamente Pero, además, la recuperación de conceptos cuestio- existencial de que la historia constituye más un peso nados en su propia eficacia, deviene de que frente a de- y una limitación que una posibilidad de construcción terminados problemas “algo hay que hacer”. Existe una para la vida incluida la vida académica, o a la necesi- presión social, inclusive dentro del mundo académico, dad de asumir que toda generación, o por lo menos al- en la cual frecuentemente se potencian las demandas gunas, necesitan inventar conceptos y acciones como de los propios conjuntos sociales subalternos, las orien- mecanismo de apropiación real de los mismos y más taciones del sector técnico y los ofrecimientos de los allá de que reiteren conceptos y prácticas existentes.
organismos financiadores (Barret, 1997).
Algunas de estas interpretaciones han sido desarro- Para concluir con esta esquemática revisión de di- lladas en este texto, pero el análisis pormenorizado de ferentes usos y desusos de conceptos, recordemos que cada una no podemos realizarlo por razones de espacio.
los antropólogos, y por supuesto otros especialistas, Subrayo no obstante que en términos metodológicos considero que las interpretaciones de este proceso de los grupos sociales. Por otra parte, la exclusión de este olvido deben ser específicas, deben referirse al proce- proceso de “reconocimiento” en la formación científica so intrínseco de producción de conocimiento, lo cual limita cada vez más la posibilidad de actuar a través no supone desconocer que determinados procesos de de una aproximación científica crítica.
olvido, desgaste o reinvención que operan en el mundo La tendencia que estamos señalando se verifica por académico se correlacionan con determinadas orien- ejemplo en los últimos años en los procesos de control taciones que operan en la sociedad global, en la vida técnico-científico de la producción de medicamentos.
cotidiana de los conjuntos sociales.
En los departamentos técnicos de control de alimen- Desde esta perspectiva es que debe asumirse que tos y de medicamentos en los Estados Unidos, y cada toda una serie de procesos tiende en ambos ámbitos vez en más países, se ha reducido el tiempo y número a focalizar el presente, a valorar no sólo lo nuevo sino de pruebas a la que debe ser sometido un nuevo pro- lo inmediato, reduciendo cada vez más la significación ducto químico para favorecer su lanzamiento al mer- real de la dimensión histórica. Inclusive toda una serie cado con la mayor rapidez posible. Pero el tiempo y la de tendencias que en lo manifiesto proponen recuperar cantidad de pruebas tenía, y por supuesto tiene, como el pasado, tienden a mitificarlo o resignificarlo como objetivo controlar al máximo no sólo la eficacia del presente en función del manejo que se hace de la et- producto sino las consecuencias negativas del mismo nicidad, la religiosidad, la identidad colectiva o la cien- en especial sobre los seres humanos. La disminución de controles científicos y técnicos ha conducido a que, en Este proceso de actualización aparece cada vez más los últimos años, se haya incrementado el número de reforzado por las denominadas ciencias duras, para productos químico-farmacéuticos lanzados al mercado, las cuales la producción científica pasada tiene bási- que luego de un tiempo deben ser retirados dado que camente un valor cronológico de antecedente, pero no su consumo evidencia consecuencias negativas, las posee ya demasiado valor científico en sí. Este proce- cuales pueden suponer deformaciones congénitas, so opera más allá de la invocación a la importancia de la emergencia de nuevos padecimientos, invalideces y lo histórico desarrollada por algunos científicos duros.
hasta la muerte de los consumidores. La actualización Esta tendencia se observa a través de los indicado- del presente científico y técnico es correlativa del ne- res que utiliza la producción científica; los tiempos de obsolescencia de un trabajo publicado se reducen La producción científica afirma con su presencia en cada vez más. La mayoría de las citas de los artículos el mercado de bienes de producción y consumo su sig- publicados en las revistas especializadas se refiere a nificación positiva centrada en el presente y en el fu- los cinco últimos años, o a lo máximo a los últimos diez turo. La actitud científica afirma naturalmente su efica- años. Y esta tendencia a la reducción se incrementa y cia teórica y aplicada verificada en el presente y sobre todo en el futuro; afirma su trayectoria a través de los Pero esta tendencia, que puede llegar a ser funda- aportes científicos a la vida cotidiana. Sin negar parte mentada a través de criterios científicos de produc- de esta afirmación, el dominio de esta perspectiva ción de conocimiento, haciendo referencia a que las ahistórica limita o directamente impide la posibilidad investigaciones que ya no se citan es porque fueron de observar que la producción científica tiene también superadas o perfeccionadas o porque fue demostrada una historia de malos usos, de “malas prácticas” y de su falta de capacidad explicativa-aplicativa, se correla- consecuencias negativas, así como también una his- ciona con un proceso de olvido que es directamente de toria amoral en su forma de operar científicamente. El tipo ideológico. Porque la negación del pasado científico actual descubrimiento de la importancia de la “ética inmediato es correlativa del olvido sistemático respec- en la investigación” es correlativa del paso a primer to de las consecuencias generadas por una parte de la plano de la neutralidad valorativa en todos los pasos investigación, en especial de la aplicada.15 del proceso científico y del dominio del olvido como Construir un tipo de producción científica que con- parte de dicha neutralidad valorativa.
sidera como obsoleta en forma casi inmediata la pro- Esta es una historia conocida, pero que hasta ducción de conocimiento posibilita el olvido de un pa- ahora no parece incidir en la tendencia hacia el olvido sado cuya descripción y análisis permitiría observar y hacia la focalización del presente. Pero respecto de toda una serie de consecuencias negativas generadas estas conclusiones podría indicarse que corresponden sobre las personas, los animales, el medio ambiente o a las ciencias duras y no a la producción de conocimiento Pero recordemos que respecto de la diferenciación ciencia pura-ciencia aplicada, hace ya muchos años que Nadel (1955)concluía que todo saber académico, aun el más teórico, es un conocimiento que tiende a ser usado.
Uso y desuso de conceptos: ¿dónde quedaron los olvidos? antropológico. Sin embargo, varios hechos permiten Es en función del proceso de continuidad-discontinuidad observar que los mismos son pertinentes al desarro- en el uso de conceptos, que podemos analizar el signi- llo de nuestra disciplina. Como sabemos, en la ma- ficado ideológico, reactivo, de identidad estigmatizada yoría de los países y en especial en los centrales, la que han adquirido determinados conceptos para deter- ciencia se organiza cada vez más en forma homogénea, a través del modelo de las ciencias duras. No sólo sus Pero estos y otros procesos observados intrínse- indicadores de producción y calidad científica son los camente deben ser articulados con los procesos sociales dominantes, sino que estas ciencias son las que esta- más generales que tienden al olvido, al desgaste o a la blecen los criterios de lo que debe ser ciencia, y sobre resignificación de conceptos, y que van desde la presión todo son las que realmente inciden en la vida cotidia- política directa operada en regímenes fascistas y stali- na de los conjuntos sociales. En la práctica, cada vez nistas sobre los conceptos a usar o a descartar y sobre más determinadas características del trabajo antropo- el significado de los mismos, hasta las presiones insti- lógico tienden a desaparecer o a modificarse en función tucionales producto de hegemonías teórico-ideológicas, de la aplicación de estándares a la producción cientí- que son las dominantes en los sistemas actuales. En fica. Esto se refuerza con la tendencia a la denominada todos estos sistemas, lo más significativo para mí son investigación interdisciplinaria y a las investigaciones las orientaciones que a través de múltiples dimensiones comparadas que impulsan funcionalmente determi- y de diferentes espacios sociales —incluido el espacio nadas concepciones que generalmente vienen de las académico— tienden a proponer representaciones y disciplinas hegemónicas, que son las que realmente prácticas centradas en la actualización constante del orientan el trabajo supuestamente interdisciplinario.
presente tanto para el conocimiento antropológico como Pero, además, parte de las ciencias antropológicas para los saberes de los diferentes conjuntos sociales.
y sociales también tienen una historia de interpreta-ciones e intervenciones que gran parte del procesoacadémico tiende a negar o a olvidar, y que sin em- bargo evidencia un uso aplicado o teórico-ideológicocuestionable del saber antropológico. Recordemos que estos procesos, tanto respecto de las ciencias duras “Prophets and advisors in black spiritual chur-ches: therapy, palliative or opiate”, en Culture, como de las socioantropológicas, fueron por otra parte Medicine and Psychiatry, núm. 5, pp. 145-170.
frecuentemente analizados (Beyerchen, 1977; Horo- “A comparative view of a heterodox health witz, 1975; Huizer y Mannheim, 1979; Hymes, 1974; system: chiropractic in America and Britain”, Levy Leblond y Jaubert, 1980), aun cuando tendamos en Medical Anthropology, núm. 8, pp. 151-168.
“Identity, ideology and inequality: methodolo- Pero tal vez los datos más dinámicos son los que gies inmedical anthropology, Guatemala 1950- permiten observar el desarrollo de determinadas orien- 1995”, en Social Science & Medicine, vol. 44, taciones que están impulsándose dentro del trabajo antropológico, y entre los que sobresalen la reducción Scientists under Hitler. Politics and the physics cada vez más acusada del lapso del trabajo de campo, community in the Third Reich, Yale University el fomento de las denominadas etnografías rápidas cuya aplicación puede ser realizada en dos o tres se- 1986-87 “Nouvelles directions dans l’anthropologie me- manas, o el financiamiento diferencial de campos del dico-psychiatrique nord-americaine”, en Sant/ saber antropológico relacionados con problemas es- Culture/Health, vol. IV, núm. 2, pp. 4-11.
pecíficos y determinados tipos de aproximaciones me- Los usos sociales del cuerpo, Periferia, BuenosAires.
Por lo tanto, concluimos que las explicaciones al Descubrimiento de la enfermedad, Ciencia Nue- proceso de olvido de conceptos se refieren a toda una serie de dimensiones que se potencian y que necesi- tamos observarlas a partir de la propia producción de Familia y red social: roles, normas y relacionesexternas en las familias urbanas, Taurus, Ma- conocimiento antropológico. Es dentro de esta produc- ción que podemos detectar la necesidad de no usar de- terminados conceptos porque los mismos ya no son La distinction, Minuit, París (hay edición en es- estratégicos, porque han aparecido nuevos problemas Le sens practique, Minuit, París (hay edición en o por el proceso de desgaste en su apropiación por otras disciplinas o por el saber de los conjuntos sociales.
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Mill Site Study Committee Present: Committee Members: Kurtis Amidon, Jerrilyn Bozicas, Stephanie Cronin, Roger Goscombe, Albert Harris, Ronald Karr, Michael Landino, Matt Nesbit, Jeff Sauer, Joseph Sergi, and Stephen Themelis Members absent: Jeffrey Chabot and Gary Giguere Also present: Jay Donovan (Assistant Director, NMCOG) The Committee attended a site visit at the Mill Site

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